No, pues no se me ha hundido del todo el siguiente largometraje de Guy Gilles, “Au pan coupé” (1968; también en Mubi) con respecto a su primer “L’amour à la mer” (1964). Sólo que posiblemente sea más lánguida, resulte más repetitiva, por cuando su trama apenas avanza tras ese comunicado inicial del narrador, con lo que todo queda en muestra de sensibilidad a flor de piel.
Aquí también son todo planos muy estudiados, cámara fija (apenas si hay un zoom de aproximación y unos con movimiento por tomados desde una barca), iniciándose incluso por una descomposición de la acción en fotografías y luego en planos estáticos, que hacen las veces.
De nuevo el color y el blanco y negro, dominando el primero, porque prácticamente todo se reduce a los recuerdos que Jeanne tiene de Jean (en color) desde un presente que le resulta gris, sin fuerza (blanco y negro) tras su marcha. Aunque se podría contradecir esta explicación semántica preguntándose por qué las escenas iniciales, en un teórico presente con él, son también en blanco y negro o por qué entonces las fotos de la infancia de ambos también se recogen en los títulos de crédito en blanco y negro y no en color…
Con respecto a la primera película también he encontrado menos picados y una línea de interpretación de los actores más cercana a los “modelos” de Bresson, aunque a veces les traicione una sonrisa, algún sentimiento.
Ella está interpretada por Macha Méril. ¿Quien se acuerda de Macha Méril? Aparece con su cabello de siempre, con los vestidos de finales de los 60 que llevaba la hija mayor, Dominique, del matrimonio que me acogió en su casa en Paris, en 1968…
“Wall engravings” es el título inglés de la película, que ayuda a entender ese “Au pan coupé”. En Filmaffinity le han asignado como título espańol un explicativo, por sí no quedaba claro, “Siempre en el recuerdo”.
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