Alice Guy |
Creía que el momento álgido que está alcanzando el movimiento de vindicación de la mujer iba a llenar la sesión de hoy de la Filmoteca y he acudido rápido a una de las sesiones de la ya 27 Mostra Internacional de Films de Dones, un certamen que siempre ha tenido a bien darnos a conocer a alguna cineasta de valor universal que, por uno u otro motivo, no llegaba a nuestras latitudes.
En este caso se trataba de dar a conocer a uno de los grandes nombres de la historia del cine, de esos que desarrollaron su carrera en las primeras décadas de su existencia, permaneciendo luego oculto durante muchísimo tiempo: Alice Guy.
En un rodaje de los suyos, parece que ya en Estados Unidos, a donde fue desde Francia sobre 1907. |
“Be Natural: The Untold Story of Alice Guy-Blaché” (Pamela B. Green, 2018), que era el instrumento utilizado para ello supongo que consigue su objetivo, porque sales de la sala con la convicción de que hay que rehacer las historias del cine, confeccionadas por unos estudiosos que confesaban hablar de oídas, y colocar a Alice Guy donde se merece. La lástima es que es otro de esos productos que, siguiendo una forma de pensar que me temo ha extendido la industria del audiovisual norteamericana, suponen que hay que hacer todo lo que esté en sus manos para que su público no pierda su atención, y acceda al aburrimiento.
Falling Leaves (1912) |
Las armas ponen en desarrollo contra ese supuesto aburrimiento ya las conocemos, por extendidas: Intento de ritmo endiablado a base de planos de mínima duración, animaciones para narrar los pasos dados por la investigación, pantallas de ordenador consultando Google o para hablar mediante Skype, saltos de las declaraciones de un supuesto famoso a otro sin dejar tiempo de leer quién es el que las hace y, de tanto en tanto, música más bien discotequera para mantener aún lo que, con el tiempo transcurrido, podría venirse abajo.
Así las cosas, yo, personalmente, viendo que hasta las escenas de las películas incorporadas estaban troceadas siguiendo esa regla, sólo esperaba con ansiedad que surgiera de nuevo Alice Guy en unas entrevistas de 1957 y 1964 narrando su azarosa vida, demostrando que tenía una mirada y una forma de decir calmada y directa y, en definitiva, que era una mujer inteligente, con su sana ironía. Una muestra de esto último: Asistió a la famosa sesión de 1895 en la que los hermanos Lumière presentaron ejemplos de su invento. Fue allí como secretaria de Gaumont, al que acompañaba, y quedó admirada de las posibilidades de lo que ellos mismos, por otro lado, ya llevaban un tiempo ensayando. Pues bien: en una de esas entrevistas explicó lo que le dijo Gaumont cuando ella optó a su cargo y su respuesta:
- Veo que está usted preparada, pero no le daré el cargo. Se trata de un puesto importante y es usted muy joven.
- Eso pasará -se atrevió a contestar ella, haciendo sonreír y a la fin rectificar, asintiendo, a Gaumont.
- Eso pasará -se atrevió a contestar ella, haciendo sonreír y a la fin rectificar, asintiendo, a Gaumont.
Esteve Riambau, la Consellera de Cultura y Marta Nieto, directora de la Mostra, presentando la sesión y, de hecho, todo el certamen. |