Según Antoni Padrós, el plano inicial de "L'home precís" es producto de la casualidad. Se puso a nevar en Terrassa, y salió a su jardín pompeyano a filmar cómo caían los copos de nieve.
Obtenido "por casualidad" o como fuera, el caso es que contribuye a redondear de forma perfecta el cuento trascendente que constituye su última película, confiriéndole un aire a lo escena de Xanadú del "Ciudadano Kane", que va extraordinariamente bien con el tono y enfoque de toda la película.