domingo, 31 de julio de 2016

Mi amiga del parque


El canal Sundance de televisión ofrece películas también norteamericanas, pero concedamos que diferentes de las de otros canales. La porra es que las ignotas películas norteamericanas que pasa están todas cortadas por el mismo patrón, con una pobreza que alcanza mucho más allá que la económica. Para empeorarlo, o te conformas con la versión original a palo seco, o debes soportar un doblaje capaz de destrozar cualquier película en el caso improbable de que, además de ser pobre de medios, sea mínimamente buena.
Así las cosas, de tanto en tanto introduce en su plantilla alguna película de otro país, y por ahí puede saltar la sorpresa. En esta ocasión ha sido la argentina "Mi amiga del parque" (Ana Katz, 2015). No es que se trate de ninguna maravilla, pero sí de algo diferente, empezando por el idioma, sonido directo no edulcorado, etc.
Un argumento mínimo (Liz acaba de tener un hijo, al que adora y sobre protege. La ausencia de su pareja por razones de trabajo la deja muy aislada, y le van asaltando paulatinamente todos los miedos que acarrea su situación) nos permite ir observando cómo esa debilidad, esos miedos, la van venciendo. No sabe cómo desenvolverse con Nicanor, su por lo demás dormilón hijo, y busca ayudas que se le giran al menos en su cabeza en peligros. Peligros de clase con unas conocidas que no son de su ridículo entorno social, sobre todo. La cámara va siguiendo a Liz en sus correrías por el parque con otras madres recientes, por las calles corriendo -siempre acarreando o en pos de Nico-, o en casa dándole el biberón, haciendo vídeo conferencias por Skype con su lejanísimo marido u oyendo los mensajes que su padre le ha dejado en el contestador con frases de Nicanor Parra, que le exasperan.
Lo dicho: No creo yo que pase a la historia del cine, pero la atmósfera de la película te va envolviendo, sus escenas te van intrigando, y el sonido directo y esos diálogos que cuesta mucho entender -a veces querrías disfrutar de algún subtítulo que otro- se perciben como un milagro dentro de unas opciones televisivas que oscilan entre lo mil veces visto y la estulticia que lleva a la desesperación. Buscando alguna imagen para acompañar a estas líneas veo, además, que hay muchas fotos disponibles. Señal de que en Argentina ha debido tener bastante éxito, al menos entre las madres.

sábado, 30 de julio de 2016

Il grido


Empiezo a ver "Il grido" (1957) y, como ahora he visto ya "Gente del Po", me imagino que Antonioni no debió quedar satisfecho sólo con su extraordinario documental y colocó entonces a sus personajes de ficción en las orillas del río de su ciudad natal. Porque todo el film es un viaje ida y vuelta, pero siempre junto al Po.

Ya de entre sus primeras imágenes, en el pueblo industrial vértice de la trama, las que marcan profundamente son las de los recorridos de Alida Valli y Steve Cochran, en tensión, por esas ribas altas del río, en encuadres alucinantes. Me vence, no obstante, la sensación de que ellos dos -no sé si por cómo los han vestido, o por sus orígenes- no son de ahí, no pueden vivir ahí, en esas tan limitadas condiciones.

Ha de suceder que él emprenda una huida aguas allá, cogiendo trabajos fugaces, encontrando mujeres tan inestables como él, comprándose otro improbable abrigo, pero finalmente viendo cómo también éste se le va deteriorando, para que deje de pensar en esa tontería de cómo va vestido que no me deja creer en el personaje y, entonces sí, sumarme, en medio de esas perspectivas del Po y sus canales, de los desnudos chopos junto a su dique, de las inmensidades desiertas de su valle, a esa tensión que le agobia y le hace ir de aquí para allá, como aflora la tensión social que, subterránea, ayuda a envolver y dar más sentido a esa escena que se desencadena al final, cuando descubres que todo el film presenta un carácter casi totalmente cíclico.

jueves, 28 de julio de 2016

Cultura Film / Revista Filmada: Virginia García del Pino


Era una especie de pre-estreno del último número de Cultura Film / Revista Filmada. En esta ocasión una entrevista con la cineasta Virginia García del Pino. En La Kino, sala de la calle Joaquín Costa 30, que forma parte de un conjunto de espacios, por lo que he visto, dedicados al arte y a la edición. Me había asustado por aquello de la temperatura, pero uno de los organizadores se ha traído un ventilador de su casa, y la cosa ha rodado más que satisfactoriamente.
Situemos primero la revista. Sus números poseen aportaciones de autoría y contenido muy variado. Todos ellos empiezan con una carátula en la que se ve y oye sonar una trompeta con un son como de pregonero. Presentan entonces el índice de sus apartados que, como anuncian, va de "entrevistas, cine, política, sociología, pintura, antropología y más..." Están hechos a conciencia, notándose en muchos que son producto de gente que ha visto mucho cine (independiente) actual. Pueden (y merecen) verse en este dominio de Vimeo: 
con la seguridad de que siempre habrá alguno que, total o parcialmente, será de gran interés.



El número presentado hoy sigue fielmente la estructura de las entrevistas de números anteriores. Una pantalla de un antiguo cine al aire libre enseña la pregunta a la que da respuesta en el plano (fijo) siguiente el personaje entrevistado, quien sentado delante del muro de un terrado, mira indistintamente frontalmente a la cámara o a quien (fuera de campo) se supone que le ha hecho la pregunta. De tanto en tanto, un inserto ligado a la obra del personaje. Todo muy sencillo, directo ... y efectivo.

Al final de la sesión, en un pequeño coloquio que ha surgido entre todos los asistentes, he apuntado (ya hablando del objetivo de este número en concreto, la cineasta Virginia García del Pino) que la entrevista me ha retratado muy bien al personaje, a la vez que ha acrecentado el misterio que me produce esta mujer. Había visto casi todas sus películas (creo que principalmente a través de la plataforma PLAT), que se tratan en general, formalmente, de (al menos supuestos) documentales. Pues bien: En la entrevista desvela que procede de la Escuela de Bellas Artes, y que si se encuentra haciendo documentales (y muchos de ellos retratos) es por una casualidad. Esa es la primera causa de desconcierto, porque da la impresión de que, desde ese arranque casual como documentalista, se ha pasado hasta el momento toda su vida (y sigue: ahora está haciendo un documental de largo recorrido sobre Garzón, el político) dedicándose a ello, siendo además muy amiga de toda una nueva generación de cineastas, a los que ha enumerado en la entrevista (Elías Seminiani, Fernando Franco, Jonás Trueba,...). Otro punto de desconcierto es el abismo que existe entre, por un lado, unos documentales que parecen estudiados y ejecutados con tal inteligente ironía y sarcasmo que producen la impresión de ser resultado de una concienzuda preparación teórica y, por otro lado, las respuestas tan campechanas y sinceras con las que explica su génesis y proceso.

Buena parte de los films de Virginia García del Pino pueden verse en la plataforma PLAT. Sugiero atender, por ejemplo, los 40 minutos de la fría limpieza de su "Si, señora":

En la sesión han prometido más números de la revista filmada muy pronto, aunque sin precisar fecha, y nuevos pre-estrenos como el de hoy. Habrá que estar atentos, pues, a la reproducción del milagro. Todo está hecho por amor al arte, ofreciendo sesión y revista virtual gentilmente, sin cobrar nada a cambio. Hay que preservar, valorar, agradecer y divulgar milagros semejantes...

viernes, 22 de julio de 2016

La nuca en El espejo


Hay varios de los "Motivos visuales del cine" (Jordi Balló y Alain Bergala eds. Galaxia Gutenberg, 2016) que me resultan obsesivamente atrayentes. Por eso, al haber leído su correspondiente artículo, una sombra de decepción me posee. Porque en alguna ocasión se limita a enumerar unas cuantas escenas de película en las que aparece, porque en otras se centra en una argumentación que me resulta ajena, etc.
Con Pau Pérez organizamos periódicamente unas sesiones, que llamamos "Ombres Mestres", en las que destacamos ciertas escenas de películas de los grandes nombres del cine, para analizarlas en lo que tienen de oportuno lenguaje cinematográfico. Cuando supe de la aparición de este libro me frotaba las manos, porque veía aminorada la carga de trabajo de selección y análisis que comportan. Veía el trabajo en buena parte ya hecho. Bastaría entonces dar cumplida cuenta de la fuente del hallazgo... Pero es muy difícil encontrar textos que, al margen de señalar la escena pertinente para ilustrar el tema, le dediquen un tiempo a su análisis pormenorizado, dentro de la idea general que quieren llegar a trasmitir sobre el significado del motivo.
He dado, no obstante, en la mitad de libro que llevo leído, con unas pocas piezas destacables en este sentido, y una de ellas me parece la dedicada a "La nuca", que ha escrito Núria Aidelman. En una ocasión seleccionamos la escena que corresponde a la imagen, al principio de "El espejo" de Tarkovski, en la que éste presenta a la que parece representar a su madre. Era un ejemplo de una sesión sobre "travellings", y nos las vimos y deseamos para hablar de ella, para darle una interpretación cabal, más allá de trasmitir la fascinación que nos producía ese movimiento. Habría ayudado un montón esta descripción y análisis que ahora he leído en el capítulo de Aidelman:
"Con la modernidad las películas se llenan de espaldas y nucas. Filmar la nuca también implica una mirada otra al personaje, otro tipo de personajes, indagar al personaje como otro. Tras sus espaldas, los cineastas descubren el mundo con ellos o evidencian su opacidad. Como en la presentación de María en 'El espejo' ('Zerkalo', 1975), a la que Tarkovski se aproxima primero en un largo travelling por la espalda y después, en un movimiento circular en sentido inverso que, reforzado por el giro del personaje, la circunda."

jueves, 21 de julio de 2016

El ministerio del miedo

Se inicia con un hombre en la semi penumbra de una habitación, mirando fijamente pasar los minutos en un reloj de pared.
Parece que “El ministerio del miedo” (“Ministry of Fear, Fritz Lang, 1943), proyectada hoy en la Filmoteca, donde la volverán a pasar el domingo por la noche, no gustaba a Lang, porque no había podido manejar el guión (adaptado de una novela de Graham Greene) a su antojo. Pero a parte de seguirse como film de espías muy bien ahora, 73 años después de su realización, está lleno de la atmósfera del realizador por muchas de sus escenas.
Allí las señoras de la Sociedad benéfica que la organizan, que también podrían formar parte de una película de Hitchcock, le hacen entrar en el sorteo de un pastel aproximándose el máximo a su peso, que le da exacto la muy prosaica vidente de la feria
Se inicia con un hombre en la semi penumbra de una habitación, mirando fijamente pasar los minutos en un reloj de pared (foto 1), y luego sabremos que mirar pasar esos minutos en un reloj ha sido también una obsesión inevitable en el hecho previo que ha marcado la vida de ese personaje.
Ya en su compartimiento del tren, apreciamos que fuera, entre la niebla, se oyen unos pasos y golpes de bastón acercándose, hasta que aparece una sombra, personificando el que va a ser su compañero de trayecto, el ciego de la foto 3.
A la hora en punto que esperaba con tanto anhelo sale de su reclusión en una prisión psiquiátrica y, ávido de ver gente, acude, mientras espera el tren, cuando ya ha oscurecido, a la feria que le recomienda el jefe de estación. Allí las señoras de la Sociedad benéfica que la organizan, que también podrían formar parte de una película de Hitchcock, le hacen entrar en el sorteo de un pastel aproximándose el máximo a su peso, que le da exacto la muy prosaica vidente de la feria (foto 2). Pronto sabrá que ese pastel que se lleva tan contento es codiciado por muchos, y mucho más de lo que piensa. Ya en su compartimiento del tren, apreciamos que fuera, entre la niebla, se oyen unos pasos y golpes de bastón acercándose, hasta que aparece una sombra, personificando el que va a ser su compañero de trayecto, el ciego de la foto 3.
se suceden entonces una intrigante sesión espiritista (fotos 4 y 5)


Estamos en plena II Guerra Mundial y en la ficción en el momento de los raids aéreos nazis sobre Inglaterra, y entra en juego un primer bombardeo. Intrigado por lo que le sucede, se propone investigar el por qué la gente quiere ese pastel, y se suceden entonces una intrigante sesión espiritista (fotos 4 y 5), un segundo bombardeo que nos permite entrar con los protagonistas al refugio antiaéreo nocturno en que se ha convertido el metro londinense (foto 6), pesquisas que llevan a partir de la sociedad benéfica (foto 7) a una librería con intrigantes libros (foto 8), a un apartamento de una pintora con un timbre picassiano y cuadros de arte moderno en sus paredes (foto 9) y a una persecución y tiroteo (fotos 10 y 11). En un momento de éste, desde la habitación en completa tiniebla se ve la luz del exterior por el agujerito abierto en la puerta por una bala.
un segundo bombardeo que nos permite entrar con los protagonistas al refugio antiaéreo nocturno en que se ha convertido el metro londinense (foto 6)
Escenas y ambientes de espías, peli de las buenas de antes que no permite aburrirse, y esa impresión trasmitida (muy adecuada para 1943…) de que todo puede resultar de lo más peligroso. No está nada mal…
pesquisas que llevan a partir de la sociedad benéfica (foto 7)
a una librería con intrigantes libros (foto 8)
a un apartamento de una pintora con un timbre picassiano y cuadros de arte moderno en sus paredes (foto 9)
y a una persecución y tiroteo

miércoles, 20 de julio de 2016

Homenaje a José María Nunes en la Filmoteca

Julio Lamaña, Joan Vall y Mariona Bruzzo (Filmoteca) acordando la organización del acto. — 

La exposición "Més enllà del temps" en el Arts Santa Mònica, hoy un homenaje en la Filmoteca: estamos en pleno momento de recuerdo del cineasta José María Nunes, fallecido ahora hace ya seis años. Aunque personalmente se me atraganten buena parte de sus expresiones digamos político-poéticas, y consecuentemente huya bastante de donde resuenan, eso no quita para admirar al personaje. Nacido en Portugal, inmigró con su familia hasta llegar a Barcelona, donde vivió un tiempo en las barracas de Montjuic. Trabajó unos años en la factoría Iquino, lo que le dio las armas suficientes para hacer su entrada como realizador en el cine (con una película a medio camino entre el cine neorealista, el moralista de la postguerra española y una cierta premonición del de la Nouvelle Vague, "Mañana"), e incluso para pasar a ser el conocedor del medio que necesitaban todos los miembros de la Escuela de Barcelona.
Joan Minguet. Después de su intervención, viendo que las fotos me salían con sus figuras muy alejadas y pequeñas, me he puesto en segunda o tercera fila, junto al atril.

Julio Lamaña, secretario de la Federación Catalana de Cineclubs ha explicado que el impulso para proponer esta sesión a la Filmoteca surgió de un extraño grupo que de tanto en tanto se reúnen ante unos vasos de vino tinto para recordar a Nunes, no sé yo si a modo del circuito de Leopold Bloom por el Dublín del "Ulises" en circuito por los bares de "Noche de vino tinto".
Lluís Valentí.

La primera parte de la sesión estaba dedicada al cortometraje "Santa Rosalía con Castellbisbal", de Joan Vall. Éste ha explicado que iba anotando las frases que le gustaban de entre las que oía a Nunes, y un día le propuso grabarlo en su casa del Carmelo mientras las decía. Para ello ingenió una estructura curiosa. El propio director va leyendo las frases -todas extraídas de sus películas- y tecleándolas en su vieja máquina de escribir. En el primer plano sólo se ve la máquina de escribir y las manos de Nunes tecleando, pero se reconocen enseguida los puños de uno de sus inconfundibles jerséis de lana. El plano va abriéndose a medida que aumentan las frases anotadas, y poco a poco va distinguiéndose su entorno de trabajo (la mesa, la botella de "Noche de vino tinto" que se exhibe en el Arts Santa Mònica, el reloj del lastimoso payaso de "Mañana", las estanterías, la calle y su bullicio desde la ventana del estudio,...y hasta él mismo. Cuando ya había acabado por completo el círculo perfecto -un poco repetitivo- de la película, con la aparición de un título de crédito y todo, surge, como complemento supongo que rodado antes o después, otra pequeña escena, en la que Nunes, en el terrado de su casa, valora delante de la cámara la fuerza e independencia de unas pobres plantas hechas claramente fosfatina.
Josep Farràs.

En la segunda parte de la sesión diversas personas con relación con Nunes se han plantado ante un atril y han leído algo -muy variado- suyo.
Joan Vall

Joan Minguet Batllori, el comisario de la expo del Santa Mònica, ha reivindicado al político y artista que ve anidaba en el personaje, leyendo una serie de sus proclamas, en las que mezclaba con profusión y pasión conceptos elevados y del pueblo llano.
Josep María Blanco y Empar Rosselló.

Lluís Valentí, productor de las últimas películas de Nunes, ha leído una escena de "A la soledat", con Ricard Salvat en diálogo con una niña, que me temo que escenifica lo que no aguanto de su cine cuando se ponía, digamos, poético.
Josep María Blanco tras despeinarse como se lo solía hacer Nunes antes de una toma.
Josep Farràs, que se ha presentado como director de cine, ha leído un texto con grandes palabras sobre la degradación de la Sociedad, reflejada en el cine.
Julio Lamaña

Joan Vall ha entresacado frases de "Cinestesia", un libro de Nunes con sus reflexiones sobre el cine.
Santiago Lapeira
Empar Roselló (con atuendo que ha dejado cuando menos asombrado al respetable) y José María Blanco (éste luego sólo, profundamente emocionado), actores de su "Amigogima" (2002), han hecho una interpretación apasionada, con gritos y voz profunda, de una escena de la película.
Rosa Llinàs
Julio Lamaña y más tarde Rosa Llinàs, del Cineclub Dioptria de Figueres, han leído la transcripción de dos interesantes presentaciones del cineasta sobre su película "Noche de vino tinto", con revelaciones muy interesantes, como el periplo a seguir para llegar a tener una película o bien que Serena Vergano y Enrique Irazoqui estuvieron a punto de abandonar el rodaje de la película porque no querían hacer una escena que tildaban de insoportablemente ridícula (Él coge una lágrima de la mejilla de ella, la arroja lejos de sí, y le dice "¡Vete, lágrima!").
Y la hija de Nunes.

El también director Santiago Lapeira ha explicado que para su intervención ha juntado cosas oídas a Nunes en paseos, comidas, etc, dándoles unidad. Para mí ha sido una de las grandes intervenciones de la sesión, porque los pensamientos del director han llegado de una forma muy comprensible, con construcciones gramaticales directas, muy correctas, sencillas y claras.
Finalmente la última intervención ha correspondido a la hija del cineasta, quien ha leído muy bien, dejando un sabor divertido, las infumables poesías escritas en 1948 (con 18 años pues) por su padre, José María, a su madre, Adela (Lita). A través de cuatro de ellas de un período de cinco meses vamos siguiendo las diferentes fases del noviazgo, con el primer encuentro o el primer beso y consecuente bofetón incluido.

lunes, 18 de julio de 2016

The Duke of Burgundy

Hoy he hecho presencia (frase que utiliza mucho la autoridá) en el cine Balmes para ver “The Duke of Burgundy” (Peter Strickland, 2014). Confieso que, como en el golpe de estado de Turquía, se ha deslizado ahí algún error. No por la película, que sorprende especialmente por romper la racha última de estrenos, en cuanto a que se nota detrás de su realización una buena dosis de inteligencia, sino porque creía que era el día del espectador, y resulta que es el miércoles.
Vencido ese inconveniente, querría avisar que se trata de una película con afán entomológico. Tanto sobre unas polillas y mariposas que revolotean por ahí y son objeto de estudio bibliográfico y directo como sobre las relaciones y reacciones del comportamiento humano. Aquí se trata de una pareja de mujeres ya pasada su extrema juventud -una la de “Borgen”-, enamoradas entre sí, que siguen todo un repetido ritual a medio camino entre el sadomasoquismo (light, no asustarse) y la farsa teatral.
Sorprende desde el principio el uso de unos primerísimos planos, y de unas lentes que acercan los motivos, hasta distorsionar un poco la perspectiva. Una cámara presente, generalmente en el interior de una casa (también exteriores, una hermosa biblioteca y una sala de actos, no obstante), muchas veces de noche, y con una banda sonora que va alterando una música muy conductora con unos grandes silencios que dejan apreciar en toda su magnitud los crujidos del suelo de madera cuando caminan por él o hasta los ronquidos de una de las mujeres de la pareja.
Hay planos de puesta de un zapato que llevan inexorablemente a Buñuel (y, en este sentido, no creo que la Dra. Viridana -sic- lleve ese nombre por casualidad). Hay repeticiones y venga repeticiones en esas simulaciones teatrales, juegos, que hacen la pareja, y de tanto en tanto un corte brusco de secuencia, para volver al poco tiempo a la repetición, para hacerse con ese catálogo de juegos que, como el de polillas, está en cuestión. De tanto en tanto desprende la película un cierto aire de novela erótica finisecular (por el s.XIX, que no el XX), del castillo de “L’Age d’or”, o incluso –por lo de la obsesión por los movimientos, la carne y el catálogo- a ciertas cosas antiguas de Peter Greenaway.
Yo diría que el estudio entomológico acaba dando como resultado una cierta constatación del inevitable deterioro a que lleva el uso y el tiempo.


jueves, 14 de julio de 2016

Nunes més enllà del temps


Andaba estos días Joan Minguet Batllori, comisario de "Nunes. Més enllà del temps" (que se ha inaugurado hoy en el Santa Mònica, y estará ahí hasta el 2 de octubre), comentando por aquí y por allí sobre el tema de cómo hacer una exposición sobre un cineasta, ya que de las películas a la sala de exposiciones hay un trecho largo, difícil de recorrer.
Frases de esas grandilocuente a las que era tan aficionado Nunes van puntuando la exposición.
Bueno. Si esto es, desde luego, así, el día de la inauguración es doblemente cierto. Se pueden ver, mal que bien, entre la gente, las fotografías y demás documentos expuestos, o las frases destacadas, pero es del todo imposible plantarse ante una pantalla, coger los auriculares, y poder seguir el hilo de la entrevista efectuada a Enrique Irazoqui o demás vinculados vía su cine con José María Nunes. O ponerse a mirar provechosamente un monitor en el que van pasando uno tras otro fragmentos de sus películas. Por otra parte, como no he visto que los diferentes bloques de la exposición vayan precedidos de título o mensaje descriptivo de su contenido y objetivo, aunque aparezcan como bastante auto explicativos, quizás lo mejor sea hacerse con el dossier elaborado por el comisario para el Arts Santa Mònica, ver en él claramente expuestas, gráfica y conceptualmente, las intenciones (Rescatar y reivindicar a Nunes, reclamar su Barcelona -una Barcelona luchadora-,...) y sus riesgos, al tiempo que leer en él unas cuantas frases definitorias lanzadas por diferentes personalidades, y aplazar a otro día la visita, ya con mínimas condiciones.
Enrique Irazoqui (que no se separa muchos metros del Marítim), en una entrevista.

La belleza de Serena Vergano
El último espacio, donde se acumulan fotografías "históricas" y documentación de época.
El póster de su primer largometraje, que valora uno de sus aciertos, ese ambiente nocturno con una atmósfera especial.
Otro póster de la sección en la que aparecen los de todos sus largometrajes. Uno como éste estuvo muchos años en el vestíbulo del cine Roxy. Nunes me dijo que se debía a que el dueño era amigo suyo.

Veo en el fotograma que en la fuente de la plaza Sant Felip Neri aún estaba la estatua de la que siempre habla Xavier Theros.
Una larga sección con las notas de agencia de las (nefastas) noticias que definieron toda una época.

Todo este trabajo de meritorio, en todos los papeles, en la productora de Iquino, le dio a Nunes un conocimiento técnico que hizo posible casi todas las películas de la Escuela de Barcelona.
La mesa de recortes de diarios, con críticas, entrevistas, noticias...
El Director del Centro y el Comisario de la exposición atendiendo a la familia de Nunes.