jueves, 29 de febrero de 2024

Raccords en Ombres Mestres XII


El tiempo corre que se las pela y el lunes ya tenemos aquí la primera sesión del ciclo de Ombres Mestres de este año (que ya será el XII).
Si nos mantienen el Auditori Pompeu Fabra como lugar de la sesión aún debe haber sitio para muchos asistentes, por lo que si algún rezagado quiere inscribirse (este año la entrada será gratuita), sería bienvenido.
El lunes 4, a las 18h (procuramos ser puntuales a la entrada y salida -las 20h-, por lo que mejor estar a la hora para no perderse nada), en la sede de los Ingenieros (Via Laietana 39, 08039 Barcelona) la sesión la dedicaremos a algunos raccords de unas cuantas películas apreciados como interesantes.
En imágenes, dos que no hemos visto directamente, sino que nos los han recordado dos estudiosos del cine. La preciosa transición de “Stromboli” la señaló y analizó muy bien Javier Urrutia. Por su parte, Santos Zunzunegui, en el cierre de un Cahiers du Cinéma España, aludió a ese halcón que se convierte en caza británico en esa magnífica película que es “Los cuentos de Canterbury”, de Michael Powell y Émeric Pressburger.
Para inscribirse, aquí:


 

miércoles, 28 de febrero de 2024

Genoveva

Genoveva

Los dos coches rivales, haciéndose traperías continuas entre ellos.

El protagonista y su mujer.

El amigo y su novia actual, que ha acudido con su perro a la carrera.

Genoveva es en la ficción el nombre del coche antiguo de la primera imagen y es una película de 1953 de Henry Cornelius, el director de “Pasaporte para Pimlico” (1949) y “Soy una cámara” (1955), que han colgado los de Filmin en su plataforma.
Es una comedia bastante previsible, con gags razonablemente repetitivos, sin ninguna impertinente arista que pueda turbar la tranquilidad del espectador que, tras una jornada más o menos ajetreada, se deje caer ante el monitor para acabar sin una derrota incondicional el duro día sufrido.
Es eso que se dice una comedia 100% británica, con intervención cíclica de gentelmans y bobbies, rodada por carreteras del sur de Inglaterra y en Londres en unos colores que por momentos se disparan excesivamente, y dedica su tiempo a narrar la rivalidad entre dos amigos amantes de los coches de época que, con sus parejas respectivas, se ponen a disputar un rally de vehículos de este tipo entre Londres y Brighton.
Pero tiene al menos una escena que destaca entre el continuo gotear de gags muy esperables: La novia del amigo / rival del protagonista, una chica muy chic, que ha bebido mucho, se dirige hacia la orquesta y pide le dejen tocar un momento la trompeta. Nadie apostaría por lo que va a hacer, y sus amigos la miran condescendientemente, dispuestos a oír cualquier destrozo de sonido. Pero ¡vaya si toca la trompeta! La chica de sociedad que ha bebido algo más de la cuenta, toca de forma frenética y convincente la trompeta, revolucionando a todo el local.
Ella, como la mujer del protagonista, ambas chicas modernas, pero con un papel en principio secundario, se ve por esta escena que tienen todo un mundo volcánico oculto en su interior, y son las que realmente mueven el cotarro.



Pongo este cartel, que parece danés o algo así, porque sale la chica tocando la trompeta, sacada de la escena que comento.
 

lunes, 26 de febrero de 2024

Arletty- Soehring: hélas je t’aime


Sumamente interesante me ha resultado la visión de “Arletty- Soehring: hélas, je t’aime” (Frédéric Mitterrand, 2020; TV5Monde), sobre las apasionadas misivas intercambiadas durante la guerra entre dos enamorados: la popular actriz francesa (“Biche” en las cartas) y el oficial nazi (“Faune”), diez años más joven que ella.
El interés me ha llegado, sobre todo, además de por la insólita relación, por cómo muestra la febril actividad artística y social que siguió habiendo en París durante los primeros tiempos de la ocupación nazi de la capital francesa. La imagen del concierto que ofreció Von Karajan para celebrar la victoria alemana sobre Francia, la inauguración de una exposición de Van Dongen, con un extasiado Jean Cocteau como primera figura de entre los asistentes, la ebullición literaria, con libros de Celine, Morand, los parisinos acudiendo en masa a los estrenos de las películas de la Continental (la productora de capital alemán en Francia), la piscina donde se encuentra todo el mundo chic ignorante de las penurias hasta que llega el horario de exclusividad para los oficiales nazis, etc…
Más adelante, en una pendiente que parece llevar a la completa fatalidad, los amantes, separados por los azares de la guerra, siguen su apasionada relación mediante la correspondencia, seguros de ir superando todas las contrariedades, dispuestos a dar la vida por ella.

Contra lo que en un primer momento pudiéramos suponer, se trata de los Campos Elíseos de París, recientemente ocupado por los nazis…

Heribert Von Karajan agita su batuta y, con ella, su bien peinada cabellera, dirigiendo el concierto que reúne a la alta sociedad parisina… y los jefes militares de los invasores

Es el momento de, entre otros, Céline.

Arletty y Soehring en la finca de unos amigos aristócratas franceses.
 

jueves, 22 de febrero de 2024

Cuatro cortos iniciales de Laila Pakalnina


Pramis (1996)

“Papa Gena” (2001)

Idem

Oportunidad de conocer a la directora Laila Pakalnina a través de su presentación (en la que dijo que prefería no explicar nada: el sábado sí habrá una larga conversación con ella tras la proyección) y de cuatro de sus primeros cortometrajes.
Fue ayer en una sesión de la Filmoteca dedicada en principio a los documentales poéticos de los en un tiempo estudiantes de cine estonios.
Se proyectaron de ella “Vela / The linen” (1991), su película de final de carrera), “Pasts / The mail” (1995), “Pramis / The ferry” (1996) y “Papa Gena” (2001).
No fue hasta la tercera, ya habiéndole cogido el tranquillo, que he captado del todo su forma de hacer y gozado de su cine, que supone una mirada directa, limpia, persistente, a sus objetivos. Y, quizás, una segunda característica global que he visto, sería el sonido. Sin diálogos, sin sonido directo, su banda sonora, sin embargo, enfatiza determinados ruidos “naturales” de la escena que se contempla.
En este “Pramis / The ferry” narra simplemente las formas de cruzar un río: una barca de remo y una barcaza a motor guiada por cable. Llegado el invierno esta última ha de, debido al hielo, cejar en su empeño y es la barca la única encargada de pasar a la gente de una orilla a otra.
No es un documental tradicional, de esos que aparentan que la cámara es un elemento neutro, que filma sin alterar para nada la marcha de los acontecimientos y lo filmado. En algún momento vemos cómo quienes salen dirigen miradas evidentes al objetivo.
Eso está sublimado en grado sumo, con miradas directas a cámara y gestos de asentimiento, como de seguir instrucciones los personajes, en el cuarto cortometraje, “Papa Gena”, un divertimento por el que Laila Pakalnina va dejando unos auriculares y retrata a diversos habitantes del lugar, que se supone pasan a oír el “Papageno” de “La flauta mágica”, justo lo que nosotros, los espectadores, oímos cuando se quitan los auriculares.
Ya en vena, entran ganas de más.

“Pasts” (1995).

“Vela” (1991)
 

miércoles, 21 de febrero de 2024

Man in black



En sesión de un Festival, La Inesperada, que tiene como característica principal dar a conocer películas que no se han visto aún por aquí, ayer la Filmoteca pasó “Man in black” (Wang Bing, 2023), un paso diferente en el cine del realitzador chino, tanto por estar realizado en Francia como por su estructura y tipo de filmación, pero igual de apasionante que -hasta el momento- siempre.
Al silencio total (en el sentido de falta de voz, no así de sonidos y, en ocasiones medidas, música) de su primera parte, le contradice en la segunda el torrente de voz que parte del único personaje de la película, el compositor Wang Xilin, quien, a sus 86 años, totalmente desnudo, nos explica todo aquello que quería expresar con sus sinfonías y otras piezas musicales, al tiempo que su dramático recorrido vital, víctima como fue de la presión política del régimen chino, culminada en el período de la Revolución Cultural, que Bing ya ha explorado y desenmascarado en otras películas.
La representación -porque es una representación- de este recorrido vital tiene lugar en Les Bouffes du Nord, en París, tan desnudo como su único ocupante, con la excepción de un piano ante el que, en un par de momentos, se sienta a ejecutar una pieza. A la sala desciende inicialmente, ya desnudo, Xilin, mientras, bruscamente, suena una música que parece indicar se trata de una auténtica bajada a los infiernos.
Se trata de una música, la de la película, que parece también querer decir, a su vez, lo que ha vivido el compositor, llegando a superponerse en ocasiones a sus propias declaraciones, irrumpiendo en otro momento en forma de potente tamborinada.
Música y personaje, tras ese silencio y vacío inicial sólo nutrido de los misteriosos gestos de Wang Xilin, que sólo luego adquirirán en la mente del espectador todo su significado, actúan por momentos a borbotones. Músicas y palabras dolorosas, sólo rotas en un momento cumbre por un escueto llanto.


 

lunes, 19 de febrero de 2024

Pagliacci y Per una rosa

La mesa familiar en “Pagliacci”. La familia, una vez más en Bellocchio.

Mubi sorprende con la estupenda sorpresa de colgar en su plataforma dos cortometrajes que Marco Bellocchio hizo hace unos años para la RAI, que por un momento recuerda lo poderosa e importante que fue, dando vida al mejor cine italiano, el más moderno y sugerente, de los años 70.
Se trata de “Pagliacci” (2016) y “Per una rosa” (2017).
El primero, denso, necesitado de un par de vueltas para su plena comprensión, de ambiente operístico, con personajes contemporáneos emulando a Electra y Citemnestra, lo he visto como una nueva incidencia de Bellocchio en el mundo de la familia, las tensiones y pasiones que provoca y reprime.
La segunda, rodada en un enclave tan familiar a Bellocchio como Bobbio, su río y su puente, que ya pudimos ver en películas previas suyas (yo recuerdo “Vacanze in Val di Trebbia” -1980- y “Sangue del mío sangue” -2025-), se aferra a su faceta de relato corto, con pequeñas historias relativas a los personajes que están o pasan por el bar de la cabecera del viejo puente.
A ver si sigue la racha y Mubi insiste en su papel original de descubrirnos películas de interés que no nos habían llegado.

Tras los pasionales ensayos teatrales, la bronca en casa. (“Pagliacci”)

El protagonista de una de las historias encadenadas que cuenta “Per una rosa”.

En “Per una rosa”, el puente de Bobbio, visto desde el bar centro de las historias. 

La golondrina cautiva

En el club de oficiales Victoriano.

En el escenario del teatro, con el (no) vestido de encaje.

Enamorada del zangolotino.

Un muy completo conjunto de atractivos y sorprendentes elementos contiene “La golondrina cautiva” (Detlef Sierk -nuestro posterior Douglas Sirk-, 1937; en Filmin). Enumero unos cuantos:
Melodrama con números musicales y diversas canciones para los que gusten del género, en ese palo colabora a la curiosidad, ya que mezcla el vodevil con alguna canción a lo Kurt Weil, cantada en alemán… en un infecto teatro de Sidney.
Producción alemana que habla de un sinvergonzón dandy británico por el que, por muy inconcebible que resulte al verlo, se pierden todas las señoras, su acción se reparte entre Inglaterra y Nueva Gales del Sur, por 1847.
Ella, Zarah Leander, con peinado parecido al de la Marlene Dietrich o Greta Garbo de la época, cantando en un teatro de varietés con un escandaloso (no)vestido de encaje, pasa a estar entre rejas (como preconiza con un movimiento de cámara una escena previa de juicio) para ir como presidaria deportada y casi pinta de virgen mártir a un internado/campo de trabajo que ríete tu de los de las monjas franquistas.
En la trama, y posiblemente así pasó en la realidad, dada la falta de mujeres en Australia, las presas podían salir del presidio… si se casaban. Motivo más que suficiente para que se organice un flamante mercado de mujeres.
Más cambios: de film victoriano pasamos a un ambiente de western, como de las rejas (que siguen rodeando a la protagonista) pasamos a un mundo de sombras.
Y, por si fuera poco, en este especial western al que hemos ido a caer, nos encontramos hasta con un cura barbero que da preferencia al alma antes que al cuerpo.
A ver quién da más, cuando poco se esperaba personalmente exaltante.

Ya en el penal de Nueva Gales del Sur, la interna número 218.

Y hacen trabajos forzados. Prefieren, eso sí, hacer cestas de mimbre a trabajar en las máquinas, unos vetustos y agotadores telares.

Duermen encadenadas, no vaya a ser.

Y ahí entramos en el western.

Con Sidney a modo de pueblo del Oeste.
 

sábado, 17 de febrero de 2024

Alphonse


Un amigo FB me recomendó, mediante un mensaje privado, las dos primeras películas de Nicolas Bedos, hijo de Guy Bedos.
Se trataba de “Señor y señora Adelman” (2017; está en Filmin y Prime Vídeo) y de “La belle époque” (2019; está en Prime Vídeo). Para saber a qué atenerme, me programé un pequeño ciclo sobre él con estos dos largometrajes, a los que añadí la serie de televisión “Alphonse” (2023; también en Prime Vídeo), de la que anoche acabé de ver sus seis capítulos.
Son todas ellas obras realizadas con un estilo (movimientos de cámara en seguimiento de un personaje a lo “Rosetta”, escenas paralelas, flashbacks y forwards, diálogos rápidos,…) que en principio me hacen sospechar que corresponden a quien quiere dar una impresión de jovialidad, y suelo no seguirlas. En compensación, presentan todas un nutrido grupo de actores francesas de primera fila, alguno de ellos resultándome atractivo. Vistas en conjunto puede llegarse a ver un mundo personal, centrado en la suplantación, contando cosas serias, pero de forma bastante festiva. Total: que he visto los en total ocho programas con curiosidad y hasta en algún momento plena satisfacción.
No lo habría dicho hace un tiempo, pero curiosamente ha sido quizás la serie la que me ha resultado más atractiva, aún siendo consciente de sus trampas de guión para atraer a la audiencia. En ella aparecen -y para mí ese es uno de sus atractivos- Charlotte Gainsbourg, Nicole Garcia, Pierre Arditi, Marie-Christine Barrault, Vincent Macaigne, Laura Morante,… Su tema puede provocar deserciones previas a desembarcar en ella (un hombre pierde su empleo e, incapaz de decírselo a su mujer, va enredándose cada vez más para obtener ingresos en un papel de gigoló de damas de una cierta edad), pero si no se hace caso, permite llegar a una serie autoconsciente de los mecanismos a emplear para hacerse seguir por su público y ciertas reflexiones sobre la vejez, diría que a no despreciar.



 

viernes, 16 de febrero de 2024

Sesión especial Llorenç Soler


Detalle de una de las vitrinas. Al margen del cine, entre otras cosas Llorenç Soler pintaba, dibujaba, hizo cómics,…

Esquema dibujado por el propio Llorenç Soler para “Veinte proposiciones para un silencio habitado”

Esteve Riambau y Martí Rom durante su presentación.

Ayer, en la presentación de la sesión especial de la Filmoteca, Esteve Riambau explicó que aplazaron la sesión de homenaje que le correspondía a Llorenç Soler al poco tiempo de su fallecimiento para alejarla de una sesión previa en la que aún intervino el mismo cineasta, y en espera de una circunstancia como ha sido ahora la culminación de la entrega de todo su fondo de documentación (ya tenían películas, pero ahora se añadieron todo tipo de documentos, y no sólo de cine: guiones, dibujos, … y hasta del mundo de los toros; en unas vitrinas a la entrada de las salas se exponía una mínima muestra). Y acabó su intervención señalando que quien quiera estudiar la obra de Soler, a partir de ahora tiene un sitio inexcusable para documentarse…
Por su parte, Martí Rom, a quien Riambau propuso cambiar su nombre por el de Martí Pont, dado su papel de puente entre la Filmoteca y la obra de Soler, explicó de qué proyecciones iba a constar la sesión que él mismo había programado:
0- Se pasaron primero los dos minutos y pico que dedicó en su Telenoticies TV3, por intervención de Manuel Barrios, el día del fallecimiento del documentalista.
1-“Noticiario RNA” (1970) fue la primera pieza de Llorenç Soler proyectada. Martí Rom la definió, acertadamente, como un NO-DO surrealista, sarcástica parodia de la revista documental oficial, que se obligaba a pasar en los cines antes del largometraje.
2-Me sigue gustando el registro de esa fatalidad circular que narra “Gitanos de San Fernando de Henares” (1991), si bien el paso del tiempo le ha provocado un notorio deterioro, con pérdida evidente de color y nitidez.
3-Estando en Calatañazor, Llorenç Soler se empeñó en oír el silencio. Tomó su cámara y fue recorriendo los espacios de su casa, haciendo una ronda de bodegones en los que se va viendo que están cargados de sonidos.
Martí Rom programó acabar la sesión con esta “Veinte proposiciones para un silencio habitado” (2007), puesto que puede llegar a alcanzar un cierto tono testamental. Es verdad que por el final se aprecia la silueta del propio Llorenç Soler alejándose tras unos visillos, y estaba, con sus silencios, predestinada a ello, pero en la cabina tuvieron un error y cambiaron el orden, pasando en su lugar…
4-“Por quien doblan las campanas en Calatañazor” (36). Martí Rom había previamente agrupado todo ese grupo de películas de los últimos años hechas por Soler alrededor del pueblo soriano, donde compraron él y Anna Turbau, su mujer, una casa y se pasaban la mitad del año. Y a Calatañazor fue a parar “el Orson Welles de este señor”, que dijo Martí Rom apretando cariñosamente el brazo del director de la Filmoteca, durante el rodaje de “Campanadas a medianoche”, como documenta la película a partir de declaraciones de los habitantes que vivieron esa experiencia.
Pensándolo bien, no estuvo nada mal que la sesión acabara con esta pieza, pues venía a decir que, contradiciendo ese plano de la silueta fugitiva, personas como Llorenç Soler o el propio Orson Welles permanecen.
Pero, en realidad, la sesión no acabó tampoco así. En su presentación Martí Rom había acabado contando la anécdota que explicaba el documentalista, que fue a un restaurante frecuentado por policías y alguien le dijo, creyendo identificarlo:
-Te he visto por Jefatura, ¿no?
-No. Yo soy de los otros.
Llorenç Soler fue toda su vida -concluyó entonces Martí Rom, que lo identificó como uno de sus dos “hermanos mayores”- “de los otros”.
Pues bien: el vaciado de la sala se produjo bajo el sonido de un pasodoble que un amigo dedicó en su día a Llorenç Soler. Ese sí fue un buen final.

Uno de los reportajes del Noticiero RNA. La voz del locutor, con la tonalidad, ritmo y florido lenguaje del del NO-DO, hablaba de la procesión con motivo de la festividad de un santo.

El asentamiento original De San Fernando de Henares.

Llorenç Soler en su casa de Calatañazor, radiografiada desmintiendo los silencios en “Veinte proposiciones para un silencio habitado”.

Falstaff pasando por una calle de Calatañazor.