domingo, 31 de agosto de 2014

El año estudioso


Un par de cosas curiosas de las que te enteras leyendo el librito de Anne Wiazemsky sobre su “año estudioso” (Anagrama, 2013), que éste es su título original:
La primera, que Godard tenía intención de rodar “La Chinoise” (1967) después de un viaje a la China de Mao, y se llevó “un enorme chasco” cuando vio que la embajada china le denegaba el visado. Fue entonces, explica Anne, cuando pensó en rodar primero la película, seguro de que, cuando la vieran, cambiarían rápidamente de opinión, y ya sí podrían hacer el viaje…
La segunda…la explico mañana.

sábado, 30 de agosto de 2014

Un año ajetreado


- Oh, Jeanne, qué extraño camino he tenido que recorrer para llegar hasta ti
Es, sí, la frase final que pronuncia el protagonista de “Pickpocket”. Una frase que conviene retener para utilizarla, como he llegado a hacer, en momentos muy determinados. Por eso no he podido dejar de reírme, y subrayar el párrafo, en cuanto he visto que fue una de las que le dirigió Jean-Luc Godard, a la sazón de 36 años, a Anne Wiazemsky, tierna infanta de 19, durante su proceso de ligue, tras haberle confesado que había caído rendidamente enamorado de ella viéndola en su papel de “Al azar, Baltasar”, también de Bresson.
Llevaba muchos años sin ponerme a leer novelas traducidas. Hoy les he dado un salto pasajero a los ensayos de Montaigne, y he cogido esta “Un año ajetreado” (Anagrama, 2013) que, a su lado, es de una ligereza cercana a la de la revista femenina “Sissí”, que leían en el parque mi hermana mayor y sus amigas.
El primer capítulo acaba tras la primera noche en que se acuesta la joven pareja. Como promete muchos más cotilleos como éste, y con la aparición estelar, además, ya no sólo de Godard, sino también de Truffaut, Rivette o muchos más de ese entorno, prometo devorar la novelita con fruición, 

miércoles, 27 de agosto de 2014

El ojo escucha



Me perdí dos presentaciones personales suyas y hoy he ido al MACBA a ver "El ojo escucha", la exposición de Eugeni Bonet, porque acaba este domingo, y me la iba a perder. Aunque he estado unas dos horas y media, me he quedado sin ver mucha cosa. Una expo así te da una idea del universo expuesto, pero no creo que sea un buen formato éste para ver films, vídeos y demás. Vas viendo uno aquí, luego corres a ver sí pescas por horario el que te interesaba de aquel otro lado, te desesperas porque ves que te has saltado el que querías, y vuelven a dar el ya visto. En fin: todo visiones fragmentarías, que a lo mejor es lo que les va a un cierto tipo de estas obras, pero iría mejor un gran pack de DVD, y que quien fragmente sea el espectador.
Eugeni Bonet sería, en otro país, una eminencia respetada por todo el mundo. Aquí ha debido ir abriéndose paso organizando venga ciclos, seminarios y muestras centrados siempre en el cine y video experimental, ámbito del que es un impresionante estudioso, conocedor y hasta creador. Todas estas facetas son a las que se intentan dar cabida en la exposición, comisariada por Valentín Roma. Yo he echado una mirada general, y he procurado ver obras suyas que no conocía, desde la inicial "V2" (1974: una "deriva urbana", como él la define, que ya con el pionero video de entonces permitía ver al Bonet que más me interesa -al margen de algún detalle suyo que lo revela amante del mejor cine-, es decir, al voyeur, al que sabe ver y hacer ver lo insólito, o lo que llegará a ser insólito), hasta su actual obra en curso, "eGolem" (2014).
Una última reflexión, que esto se hace ya largo y no habrá quién lo lea: Se puede ser de vanguardia, experimental, lo que sea. Pero conviene no olvidar nunca, como de hecho hace Eugeni Bonet, su despatarrante buen humor. Basta leer sus títulos, comentarios...
Publicaré aquí al lado, en otra entrada, un pequeño álbum de imágenes recolectadas.

L'ull escolta

El álbum prometido con imágenes de la exposición.


También podrían ser notas de ingenieros, o de músicos contemporáneos...
Aspecto de la presentación de muestras anteriores de E. Bonet.
Este texto, de "Comer o no comer" lo veo yo como muestra de su sentido del humor...
Creo que es de "Spanish Delight" (2007. Como él señala, "una apropiación indebida". Le coloca música racial, "De españa vengo.."
V2
V2. La ciudad extramuros y sus comercios.
eGolem
eGolem
eGolem
Rememoración del S8

martes, 26 de agosto de 2014

Cortázar


Como ya conocía la entrevista de Soler Serrano, al margen de por ver y oír unas cuantas magníficas intervenciones suyas (en vivo o sólo su voz, leyendo o contando) y unas pocas imágenes del Buenos Aires o París de la época, por lo que más me ha gustado pasarme el documental “Cortázar” (Tristán Bauer, 1994) quizás haya sido por descubrir a través suyo que, en la más que formal placa instalada en su casa natal de Bruselas figure, sorprendentemente, en letras bien gordas, ese calificativo de “ENORMÍSIMO CRONOPIO”.

Bird People




Soy de los que se confiesa cautivado por la inteligencia de "Petits arrangements avec les morts" (1994), una especie de pase cara y cara al fuego de lo no dicho en las peculiares relaciones familiares, humanas en general. Años después, en otro orden de cosas, seguí con vivo interés la profunda transformación interior de Lady Chatterley (2006), con la consecuente admiración por el paulatino descubrimiento del asombro y plenitud en el rostro y cuerpo de Marina Hands.
Ahora leo con avidez todo lo que pesco a tenor del pase por el Festival de Cannes de la última obra de Pascale Ferran, “Bird People” (2014). Por el momento lo que veo es que se trata también de una película totalmente diferente de las que ha hecho anteriormente, que ha desconcertado, y que todo el mundo la juzga, por lo que pueda resultar con el paso del tiempo, con prudencia y respeto.

lunes, 25 de agosto de 2014

L'homme qui amait les femmes


El amante del amor. Tan tontamente, tergiversando la esencia de la pasión que revela el título original, llamaron por aquí a “L’homme qui amait les femmes” (François Truffaut, 1977). En esta fotografía, también del suplemento del nº 249 -27/6/2000- de Les Inrrockuptibles, se ve a Charles Denner rodeado de las actrices que encarnaban al universo femenino que puebla el film, todas con unos feos zapatos con medios tacones típicos de la época de rodaje pero que, como señala él en la película, convierten a sus piernas en dos potentes pilares.
Aunque no acabo de distinguir en ella a Leslie Caron, que hizo el papel de su madre, posiblemente la desencadenante de todo.

domingo, 24 de agosto de 2014

La peau douce



Quien haya visto “La peau douce” (François Truffaut, 1964) recordará que la mujer de Pierre Lachenay se da cuenta de su infidelidad por unas fotos que olvidó en el bolsillo de su americana. Son estas fotos, que luego le lanza a la cara en un bistró… Como dice el texto, en el film apenas si se vislumbra alguna pero, como debe ser para que todo funcione, se prepararon cuidadosamente todas antes de que les tocara medio aparecer.
Cosas de este calibre, que encuentro que tienen un valor documental muy por encima de su posible apreciación cinéfila (me avanzo a las críticas de los que no soportan a Truffaut) aparecen en el preciado suplemento “François Truffaut. Papiers volés” de Les Inrockuptibles 249, del 27-6-2000.

jueves, 21 de agosto de 2014

El Empire de Caernafon


Con este aspecto y este nombre tan ostentoso, estoy convencido de que este edificio con el que me topé justo al lado de un “Pay & Display Car Park” de Caernafon (Gales), había sido una sala de cine. ¿Se habría salvado alguna de ellas si, en vez de todos estos nombres que, clara impostura, querían hablar de su carácter poderoso, aristocrático o paradisíaco (Kursaal, Coliseum, Windsor, Astoria, Excelsior, Edén,…), hubieran llevado otros nombres más modestos, acordes con lo que ofrecían?

miércoles, 20 de agosto de 2014

Marcha triunfal


No recordaba los detalles de “Marcha Triunfal” (Marco Bellocchio, 1976), estrenada entre nosotros nada menos que en un vergonzante “cine S” de la época. Quizás únicamente que su director, tras sus apasionados y percutientes primeros films iniciales (“I pugni in tasca”, “La Cina é vicina”,…) había presentado en esta ocasión otra película de las suyas contra uno de los puntales de la sociedad que quería derribar (ya no en este caso la represora familia, sino el ejército, como también haría en otras contra la religión), pero que lo había hecho buscando voluntariamente ruido y escándalo, entrando en pleno cine comercial del momento, con actores populares (Michele Placido, Franco Nero, Miou Miou), y un lenguaje cinematográfico del tiempo, totalmente aséptico, olvidando el suyo previo, autoral e independiente.
Hoy me tenía que ir, pero me he quedado un buen rato, viéndola casi entera doblada al castellano (¿por qué razón Ctk presentará ahora la mayoría de películas dobladas, sin V.O. y subtítulos?). Iba mirando sus escenas iniciales y notaba que me iba trasmitiendo un malhumor enorme. Era el malhumor que he recordado me entraba durante el servicio militar, recibiendo y observando todas esas órdenes estúpidas, toda esa gente ociosa embruteciéndose, todos esos refinados torturas y chantajes que dispensaban unos oficiales que disfrutaban, porque creían que se engrandecían, mostrando su miserable poder sobre los pobres reclutas que sólo querían salir de esa prisión para ver a gente normal durante el fin de semana. Todo ese ambiente, sumado al todavía más decepcionante de unos veteranos que se muestran con los novatos aún más crueles que los que les han bloqueado previamente sus vidas, demostrando que la corrompida enseñanza se trasmite perfectamente, está retratado de forma muy realista en la película.
Luego la cosa deriva bastante, al centrarse en un caso (bueno: dos) patológico(s), si bien tiene entonces la compensación de ser cuando se puede apreciar la descomunal belleza de una Miou-Miou haciendo de una víctima más de todo ese sistema que, según confesión propia, aún no había cumplido los 30 años.

martes, 19 de agosto de 2014

¡Arre Pudovkin!


Chumy Chúmez supo captar con generosa ironía la incidencia cultural de los cine-clubs sobre la población. Para el álbum de publicaciones ligadas con los cine-clubs de Julio Lamaña.

Dossiers Federación Española de Cine-clubs


En un álbum como éste ideado por Julio Lamaña no podría faltar un dossier de los de la antigua Federación Española de Cine-clubs. Corresponde a una de las películas de países del Este que importó para distribuirlos entre los cine-clubs 
federados. Aunque si quien se dedicaba a ello lo hubiera analizado con algo de dedicación y sin un escorado posicionamiento político habría visto que se podía hacer poca broma consistente sobre ello (también estaba en el mismo caso, por ejemplo, “Los amores de una rubita”, de Milos Forman), lo cierto es que la proliferación de estas películas del Este por las sesiones de cine-clubs y por las nuevas “salas de Arte y Ensayo” fue materia de continuo escarnio en los medios de comunicación de entonces (con amplia repercusión en el “espectador común”), escarnio que se amplió desde las sesiones a la caracterización jocosa de los progres que se sometían a la visión de aquello que mentes ignorantes, sin haberlas visto, consideraban tostones inaguantables.

Primaba en estos dossier el carácter informativo sobre el crítico: Ficha, filmografía de su realizador, una entrevista sobre el film y una biografía. Todo ello firmado por los ínclitos José Luis Hernández Marcos y José Luis Martínez Montalbán, muy cuestionados poco después al menos desde la que fue Vocalía Catalana de la Federación.

lunes, 18 de agosto de 2014

L'Illa del tresor

Sé que había gente que no lo tragaba. Es verdad que en ocasiones extremaba el lado poético hasta caer en cierta ridiculez. Pero debo confesar que era seguidor de “L’Illa del Tresor”, el programa de la televisión catalana dirigido por Joan Barril y Joan Ollé, en sus diferentes series aparecidas, con ese nombre o el de “El Tresor de l’Illa”, en los años 90 y la primera década de los 2000.
Era un cajón de sastre en el que en unos 25 minutos cabía un poco de todo: poemas visuales, juegos de palabras, actuaciones musicales clásicas en avanzadilla de lo que permitiría años más tarde el Youtube, secuencias escogidas de películas y pequeñas presentaciones de personajes. Ahora, mirando –muchas veces infructuosamente- de rescatar de la destrucción de las viejas cintas VHS programas o trozos de programa grabados en su día (dedicados a gente como Paco Ibáñez, Rubianes, Oscar Tusquets, Javier Cercas, Victor Alba, Labordeta, Jordi Sabatés, Lluis Pasqual,… y aderezados con pequeñas grabaciones de actuaciones de Jane Birkin, Georges Brassens, Barbara, Leonard Cohen, Louis Amstrong…) me he quedado enganchado en muchas de ellas. Van pasando sin grandes sobresaltos, hasta que en un momento dado salta la chispa. Era todo un repertorio de la gente del mundo de la “cultura y espectáculos” que amuebla mi cabeza.
Veo que casi todos los programas ya no están visibles por la red. De entre los dos que he encontrado enteros (tampoco es que se vean muchos incompletos) cuelgo éste dedicado a Toti Soler, que se somete a la entrevista, pero también interpreta alguna pieza con su guitarra. Es de la última hornada, ya sin apenas grabaciones históricas de los grandes de la canción y música popular, quizás por cuestiones de derechos.
From the TV studio, Toti Soler plays several songs on his guitar. Also shown are the guitars that appear in the paintings from the MNAC exhibition, “Cubism and its Surroundings”.
EUSCREEN.EU

domingo, 17 de agosto de 2014

Análisis freudiano de Brian De Palma


Homenajes, o copias de Hitchcock, se decía que eran las películas más interesantes de Brian de Palma. Laurent Vachaud, en Les Inrokuptibles 173, de noviembre 1998, cuando se estrenó "Ojos de serpiente", propuso otra lectura, a partir de ahondar en traumas de su infancia. Todos sus films eran, aseguraba, un trasunto de sus terrores más íntimos. Resumo mucho. Vamos por los traumas:
- Hijo de un cirujano ortopédico y de una madre depresiva que le escogió como confidente. Quiere ayudarla a descubrir la infidelidad de su padre, para lo que ingenia un sistema de grabación de sus conferencias telefónicas y, otro día, le acaba pescando infraganti en el hospital con su enfermera, lo que permite a su madre obtener el divorcio y una separación...que tampoco resolverá los problemas de Brian.
- Su hermano mayor Bruce era el querido de la familia, explica Vachaud. Un fenómeno que destacó en las universidades científicas. Brian, al contrario, era el hijo no deseado, aparecido por error. Un accidente. Viéndose no querido, para llamar la atención, se puso a trabajar para superar a su idolatrado hermano en su mismo campo. Se hizo un conocedor enorme de la cibernética. Pero Bruce seguía siendo el favorito.
Partiendo de estos dos hechos, Vachaud efectúa una disección y asignación precisa de las tramas de todos sus films, hasta "Ojos de septiembre", a uno u otro trauma.
Todo el montaje de "Blow Out" es fácil de colocar. La figura del doble a emular está en la raíz de "Sisters". El intento de superar a su hermano en su terreno sería similar al intento posterior de Brian de hacer lo propio con Hitchcock en el suyo en muchas de sus películas. Los complots de familia se repiten en varios de sus films ("Obsesión", "Carrie", "Misión imposible",...) Y no digamos el tema del niño que se venga. Hasta los trozos de cuerpo desmembrados o seccionados vendrían de que su padre le llevaba a ver cómo operaba. La visión casi cenital de los estudiantes de medicina en la sala de anatomía estaría pues también en la base, dice Vachaud redondeando su teoría, de los múltiples planos sobre cadáveres de sus películas.
¿Alguien se atreve a seguir la relación hasta sus últimos films? En cualquier caso, siempre está bien ver que películas que nos llegan como grandes maquinarias comerciales pueden, en algunos casos, afrontar algún otro tipo de acercamiento más allá de la calculada maquinaria vibratoria de 90 minutos que suelen únicamente ser.
La foto de Brian de Palma que cuelgo está ampliamente reproducida por la red, pero no he llegado a saber quién la hizo.

sábado, 16 de agosto de 2014

Cine como el de Jean-Claude Brisseau


Este largo fin de semana del 15 de agosto hemos mirado la cartelera en un par de ocasiones, pero no nos han atraído las propuestas de films aún no vistos, y no hemos ido al cine. En vez de estrenar películas que ya se sabe antes de empezar a verlas cómo van a evolucionar y acabar, ¿por qué ningún empresario estrena, por ejemplo, las películas de este señor? Resultarán apasionantes o totalmente aborrecibles, según de qué fusta sea el espectador, pero lo que está claro es que cuestionarán, zarandearán, quizás hasta harán vibrar, más de una parte de su cuerpo.
Me gusta esta foto (de Philippe Garcia para Les Inrockuptibles del 6/2/2013), que yo he mutilado por ambos lados. En ella se ve a Jean-Claude Brisseau, ya muy fondón, en su casa (y sitio de rodaje de su último film). Me recuerda a un venido a menos hijodalgo, enfadado con lo duras que se le están poniendo las cosas, pero aún con ese punto de curiosidad para seguir mirando por la ventana, a ver qué divisa por ahí.

jueves, 14 de agosto de 2014

La vida por delante


Hay que subsanar rápidamente un déficit que he notado que existe hasta en gente muy metida en esto del cine. Aún hay quien no ha visto “La vida por delante” (Fernando Fernán Gómez, 1958). Me he dado cuenta esta tarde, cuando he querido ofrecer seguridad y confianza en mi futura actuación, y no he pensado en nada más concluyente que imitar al abogado que representa el mismo Fernando Fernán Gómez en el film (“Ya yo, yo ya…”): nadie sabía a qué hacía referencia.
Para poner en antecedentes: Fernando Fernán Gómez ha acabado, tras grandes penalidades, la carrera de Derecho, y ha logrado una pasantía en un despacho de abogados. Las cosas le empiezan a ir bien, y ha regalado a su mujer, Analía Gadé, un Biscuter. Ésta tiene un accidente con el coche, y él acude raudo a la comisaría, emocionado, porque ese va a ser su primer pleito. La escena es muy conocida, pero como hay gente que no la ha visto o no la recuerda, ahí va:

Un milagro en Calanda


Hay milagros que, a la que algún parroquiano rasque un poco, deben ser difíciles de hacerse considerar como tales. No sé cuales le atribuirán a Juan Pablo II, por ejemplo, o a Antoni Gaudí, pero seguro que los que sean o no se verán como milagros de esos de gran magnitud o serán difíciles de atribuir a sus teóricos autores.
Los padres de Buñuel (se cuenta en “A propósito de Luis Buñuel”, de Rioyo y López Linares) se casaron en la Capilla de los Milagros de la Iglesia del Pilar de Calanda. Pues bien: Ese sí fue un milagro que todo el mundo puede reconocer como milagro mayúsculo. A un pobre hombre le han tenido que amputar la pierna por un accidente que sufrió con su carro y por la noche, su madre, al entrar a su habitación, siente un olor muy especial y ve, asombrada, que le ha vuelto a crecer la pierna, como a una lagartija le crece la cola cortada, pero con mayor celeridad y todo.
P.D: Buscando (infructuosamente, hasta que me he cansado) la autoría del cuadro que cuelgo (no encontré el más naif y divertido que reproducía el accidente con el carro, y que aparecía en el documental), he constatado la cantidad de páginas pseudo-religiosas que pueblan la red: ¡Madre del Amor Hermoso!

Postals 231: La viuda alegre

Postals – 231
“La viuda alegre” (The Merry Widow, 1924-25)
(XXVIII edicione “Il Cinema Ritrovato”, Bologna 2014)
Este esplendor, este falso lujo de chamarilero, creo yo que define la mar de bien a ese curioso y en el fondo entrañable espécimen que fue Eric von Stroheim. Cuenta Jean Renoir que lo contrató para que en “La gran ilusión” encarnase al oficial alemán, pensando –como así fue, finalmente- que quién mejor para el papel que alguien que había crecido en Alemania. En una escena tenía que hablar en alemán, y se dieron cuenta de que quien siempre se hizo pasar por noble germánico ni siquiera reconocía la más mínima palabra de ese idioma.


miércoles, 13 de agosto de 2014

Fear thy not


Es Sophie Sherman. Me picó la curiosidad al ver que Bernard Jacquot consideraba su “Fear thy not” (2010) uno de los films que más le había interesado últimamente. Se trata éste de un pequeño film de poco más de dos minutos (abajo enlace) realizado con un móvil. Próximo y algo inquietante sí que se hace la filmación de esta chica mientras va cantando que no tiene miedo, “porque estás conmigo”…

Tristana


¡Qué gozada ver ahora de nuevo “Tristana” (1970), disfrutando de todos sus detalles! Y qué daría por tener hoy un Luis Buñuel que fuera presentando de año en año sus nuevas películas…
¡Cómo he disfrutado con el sorprendente encuentro de los dos ya ancianos hermanos en el parque, en el que el insulto más liviano que se han cruzado ha sido el de “majadero”! O con el chocolate deshecho tomado a media tarde con toda una colección de curas en su casa, ofrecido por quien había prometido no dejar entrar nunca a un sacerdote: el siempre divertido librepensador, con sus explosivos consejos sobre el trabajo y sus expresiones tremendistas, también recibe unas cuantas crueles puyas en el film. Lo mismo con la carga de la Guardia Civil a caballo, directamente sacada de un cuadro de Ramón Casas. O con el recuerdo del protagonista de “Niebla” (Unamuno), que al salir de su casa se pregunta si ir a derecha o izquierda, aquí rememorado por una Tristana joven que se pasa el film escogiendo entre las columnas aparentemente iguales de un claustro, entre dos garbanzos o entre ir por una u otra calle y que, ante el primer beso recibido no sabe hacer otra cosa que, sorprendida, reírse tontamente a carcajadas.
No son únicamente cosas de la novela de Galdós, que quien la ha leído la suele juzgar como bastante modesta. Una secuencia resuelta a base de golpe maestro de puesta en escena nos lo asegura: Vemos cómo Don Lope entra con su joven protegida, Tristana, en su dormitorio. La cámara recorre un pasillo exterior, hasta detenerse para observar desde una puerta lateral el lecho matrimonial, donde estaba tendido el perro, que recibe una cariñosa reprimenda de Don Lope, mientras vemos como Tristana empieza a desnudarse. Como espectadores nos disponemos a observar desde ese punto de vista un tanto camuflado la escena cuando Don Lope saca al perro por nuestra puerta, y nos la cierra en las narices. Hemos sido tratados como el mismísimo can.

Verdun. Visions d'histoire


Arranca “Verdun. Visions d’histoire” (Leon Poirier, 1928: escogí, dentro del ciclo de la Filmoteca dedicada a la guerra del 14, los 151 minutos de la de hoy por encima de los 166 minutos del “J’acuse” de Abel Gance de mañana) con una dedicatoria (“A todos los mártires de la más espantosa de las pasiones humanas: la guerra”) y con la casi onírica visión de la entrada de los soldados muertos, en tropel, al cementerio, por lo que creía que iba a ir de mensaje pacifista exaltado. Y sí que acaba el film con la exaltación de la paz, pero es de la paz de los vencedores…
A mi entender, y pese a lo que se lee por ahí, no alcanza en absoluto el nivel de las grandes obras del periodo. Ideológicamente es de una exaltación patriótica francesa que, diez años después de la contienda, casi justifica que los alemanes iniciaran otra guerra poco después. Cinematográficamente, y pese a contar con, en alguna escena, actores de la categoría de Artaud, no ofrece escenas memorables. Quizás destacaría unas cuantas sobreimpresiones (el soldado está muriendo, y aparece la figuración fantasmal de una mujer como última visión; otros soldados mueren, y se produce un desdoblamiento, volviendo sus fantasmas a sus respectivas casas familiares), las animaciones mediante las cuales se va siguiendo los avatares de la larga batalla de Verdún y poca cosa más.
Hay un soldado alemán, que hace de ordenanza de un aristocrático oficial, que se salva de la quema blasfematoria. Es el que desde el principio ha visto que sus enemigos, con su arrojo y pasión, son los que merecen ganar la guerra, como desde luego hacen.
Y me ha gustado una escena en particular, que desgraciadamente no es la que marca el tono moral del resto de la sesión: Tanto el mando francés como el mando alemán envían una orden a sus tropas para que indiquen inmediatamente cuál es la posición exacta de sus enemigos. Cada patrulla enviada a lo imposible por su lado, entremezclando sus caminos, en medio de un paisaje lleno de cráteres lunares producidos por los obuses, o si se quiere de queso de Gruyere (Emmental, vaya), avanza a trompicones, sus componentes se embarran que da gusto, caen prisioneros y se pierden una y otra vez dentro de todo ese caos sin sentido.

domingo, 10 de agosto de 2014

Una esvástica sobre el Bidasoa


Hay descubrimientos sorprendentes, que te hacen replantear todo lo que, supuestamente, conoces sobre un tema. Uno de ellos, desde luego, es el que efectuó en el año 2000 la historiadora Teresa Sandoval en los archivos berlineses: una desconocida película documental nazi, realizada en plena guerra mundial, “Im lande des basken” (Herbert Brieger, 1944), que valora la pureza de raza y los atractivos del pueblo vasco. ¿Por qué, en esa fecha, una película como esa, sobre el pueblo al que habían bombardeado con la contundencia que muestra la destrucción de Guernica? ¿Es que habían llegado a ser después posibles las relaciones entre nazis alemanes y nacionalistas vascos?
Hoy, en una repleta sala Laya de la Filmoteca, se ha pasado “Una esvástica sobre el Bidasoa” (Alfonso Andrés y Javier Barajas, 2013), que va desgranando muy clara y dinámicamente todo el proceso general (ocupación alemana de Francia, hasta el puesto fronterizo de Irún, y los recuerdos de los entonces niños vascos sobre su relación con las tropas nazis) y particular (mínima biografía del realizador, investigada y expuesta por su propio hijo) que llevan a la época de rodaje del film (supuestamente previo a ese 1944 tan tardío al que está adscrito). Una época en la que llegó a surgir alguna teoría sobre la reunificación bajo la sombrilla del Reicht alemán, ofreciéndoles cierta autonomía, de todas las etnias “puras” europeas.
Dos periodos diferentes, con un año, 1942, como bisagra entre ambos. Por un lado, la imparable ascensión del Reicht alemán, y unas tropas ocupantes que más bien parecían felices residentes en una zona balnearia. Es por 1941 cuando un representante del gobierno vasco del PNV en el exilio llega a entablar conversaciones con el gobierno alemán con, como uno de los objetivos posibles, la intención de poder cerrar una alianza con el amo futuro del mundo. En 1942 la situación da un vuelco y ya se aprecia que los alemanes tienen perdida la guerra. La zona deja de ser un idílico balneario. Hay la primera deportación masiva de judíos, y las prohibiciones dejan claro a la población que se trata de una ocupación. Con el desembarco de Normandía, la desbandada…
Deja en buen sitio el film a los hijos de los protagonistas del bando del eje: El hijo del cónsul italiano en Bayona dice que su padre era un buen hombre, que amaba a la tierra vasca y siempre iba con una cámara, ganándose con su simpatía a los locales. El hijo de Brieger despliega todo un proceso de exculpación, entre ciertas dudas, de su padre. Ya se sabe: el papelón de los hijos. Lo que no sé es por qué, tras el final, los realizadores tienen que poner un letrerito y unas imágenes diciendo que, después del rodaje, el hijo de Brieger fue por primera vez a ver el campo de Mathausen, como dando a entender que había comprendido que debía expiar los pecados paternos.