lunes, 25 de noviembre de 2013

El Cineclub de TV2




Ésta es una entrada en homenaje al programa al que debo la mayor parte de mi formación cinematográfica. Sus haberes y carencias son, en buena parte, los míos en este terreno. Teniendo en cuenta que ha desaparecido hace ya unos cuantos años, excuso decir cómo mantengo de descuidado actualmente el patio.
Ciclos en versión original subtitulada, con las únicas pegas de algún corte para anuncios y de pasar durante largos años en TVE-2, cuya señal no cogía muy bien ninguna antena de por donde viví durante su emisión.
Todo esto viene a cuento por haber estado ayer deshaciéndome de mi auténtica cinemateca personal, en soporte de VHS. Tras haber salvado in-extremis alguna cosa, tiro toda ella al ver que la calidad de las copias, aunque yo no sea muy exigente en este aspecto, había descendido desde un original justillo hasta niveles inadmisibles. Pero sabe fatal deshacerse de Bergman, los dos Ray, Buñuel, Ioseliani, Murnau, Flaherty, Angelopoulos, Browning, Carné, Cocteau, Egoyan, Eisenstein, Ford, Keaton, Lang, Lubitch, Mizoguchi, Ophuls, Renoir, Rossellini, Stronheim, Tati y tantos otros, muchos de ellos empaquetados en admirables ciclos de cadencia semanal.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Rendez-vous à Bray

Ya nadie habla de André Delvaux. Ni de Mathieu Carriére, ni de Bulle Ogier. Algo más de Anna Karina. Y, sin embargo, todos ellos hicieron una película, “Rendez-vous à Bray” (A. Delvaux, 1971) que tuvo cierto nombre en el circuito de “Arte y Ensayo”, y causó una impresión enorme en un adolescente que ahora, 40 años después, situándola en su sitio, ha llegado a comprender alguna de las razones para ello.
Vista ahora no causa, desde luego, la impresión de entonces, pero se detecta y entiende su estructura cautivante en círculos hacia la noche, la cena de manjares perfectos, los efectos beneficiosos de un alcohol hasta entonces rechazado, la atractiva luz de un quinqué en la oscuridad, el vencimiento del deseo reprimido. Llena de flash-backs desde la acción en los devastados tiempos (1917) de una Europa en guerra, con la censura llenando de agujeros negros los periódicos, la luz del día trae la visión -anverso y reverso- de un espléndido árbol ya perfectamente anclado (que lleva a pensar inevitablemente en Isabel Núñez, precisamente en el aniversario de su muerte) y finalmente la constatación por su protagonista de una generosidad que le ha hecho crecer.


domingo, 17 de noviembre de 2013

Pirosmani


Josep Torrell, conocedor a fondo del cinema soviético, definió muy bien “Pirosmani” (Georgi Shenguelaia, 1969), la película georgiana que pasó anoche la Filmoteca: “Es un film naif sobre un pintor naif”.
Empieza con una escena –quizás su único “tour de force” cinematográfico- en la que la cámara sigue una planta hacia el techo, la luz y, a continuación, la mirada de una niña postrada en la cama en la misma dirección, como significación –la cosa queda, en su contexto, enigmática- de su muerte. Pero luego es simplemente el seguimiento sereno de la vida de Nikolai Pirosmani, un georgiano de la época zarista que, después de intentar sin suerte ganarse la vida con una lechería (la imagen de la tienda en una casa aislada, con su puerta flanqueada por dos cuadros de vacas, mientras por ella entra el cocinero de palacio es la que he buscado sin éxito), malvive decorando, a base de pinturas al óleo, las paredes de todos los bares y cafés de Tbilisi.

El film está lleno de estampas animadas: una boda, diversos trabajos, los instrumentos de campo en sus labores. Y trufada de increíbles interiores reproduciendo las tiendas y bares de la capital de Georgia. Una ciudad que algún plano exterior indicaba que en la época del rodaje de la película conservaba aún rincones que no debían diferir demasiado.

No debió agradar mucho a las autoridades soviéticas esta melancólica exaltación al artista individual, siguiendo su camino, ajeno a los cambios exteriores.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Festival des 3 continents

Llibres – 113
Ésta es la hermosa portada del catálogo del Festival des Trois Continents de Nantes, que tengo por casa gracias a la para mí milagrosa aparición por Friburgo de uno de sus responsables, ofreciendo ostras y vino de la región. Consultándolo y hablando con él, pude averiguar que buena parte de los éxitos de la programación de Friburgo (como las que confirmo extraordinarias “Histórias que só existem quando lembradas” –Julia Murat, 2011- o “Three sister” –Wang Bing, 2012-) provenían de este festival.
Pero, tergiversando un poco esa colección de entradas, voy a hablar de la programación del Festival de los Tres Continentes de este año, que empezará en unos días. Me he pasado por su web:
y veo que en la programación a concurso no fallan la nueva película de Wang Bing o Hang Sang So, pero que, fuera de concurso, se puede ver también al último Tsai Ming-ling, una retrospectiva de cine chino de 1930 a 1950, 12 films para festejar el centenario del cine indio, con films de Benegal, Ray, Ghatak, Sen u otros a descubrir; un ciclo sobre cine brasileño contemporáneo,…
Manteniendo la boca abierta, de asombro, deseo larga vida al festival. A ver si un año planificamos una estancia por la ciudad de julio Verne por estas fechas…
“34e Festival des 3 Continents. Cinémas d’Afrique, Amérique Latine et D’Asie”
Nantes, 2012


Dominique Sanda ahora


Les Inrockuptibles pone ahora en su última página un retrato. Éste me ha sobresaltado. Ha representado, para mí, todo un salto en el tiempo.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Un autre homme


Lo cierto es que quedan ciertos reductos poco explorados, y uno de ellos es el del cine suizo. En 2008, Lionel Baier hizo, en blanco y negro, esta curiosa película sobre un urbanita desplazado a un perdido valle, donde debe escribir la crítica cinematográfica para un periódico local; empieza a introducirse en el círculo de los pases previos para la prensa en Lausane, ahí tiene un flirt con una crítica que ejerce de temible dominante, etc.
No sé si se estrenó por aquí, pero sí que se editó en DVD… que ahora se vendía a 2 euros en la tienda de la calle Tallers de Barcelona.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Brindis por el cine


Me han traído de la Rioja un chorizo buenísimo y este programa de películas que tienen el vino como parte integrante, importante, de la trama. Las hay buenas, regulares y rematadamente malas.


domingo, 10 de noviembre de 2013

Abschied


Se sale de ver “Abschied” (Robert Siodmak, 1930; la película que acompañaba ayer en la Filmoteca a “Melodía del mundo”, de Ruttmann) como de ciertas –buenas- obras de teatro con las que has pasado la sesión distrayéndote con detalles aislados, como la iluminación que provoca el foco en la pared del fondo, o cómo hace ver que cojea la protagonista, para luego, a la salida, ir recordando y viendo cómo casan todas las piezas –esas y otras- de la función.
Mientras ves la película te vas fijando en un contraste de luz; en cómo pasan, algo abruptamente, los planos; en el uso de la música, en ciertas figuras prototípicas de entre las de esa pensión de mala muerte de Berlín, y sales diciéndote que es una película curiosa, que no está mal, satisfecho de haber pescado una rareza.
Pero más adelante sigues recordando el ambiente de esa pensión y reconociendo que te ha ido diciendo mucho más de una situación que venga libros de historia. Deduces finalmente que no es casualidad que en cualquier escena en una de las habitaciones se distinga, de una u otra forma –a través de una puerta vidriada, de una música o conversación, de los gritos u otros sonidos que traspasan esas paredes que en el diálogo del film ya se señalan como “de papel”- la presencia de otros personajes en las habitaciones vecinas. Piensas en el acierto con el que están representados el personaje del adulador, de la cotilla, del vendedor que triunfa por subirse al carro de los nuevos aportes de la técnica –aspirador, frigorífico-; de ese pobre hombre que está siempre buscando encontrar algo que le permita pasar otro día y que finalmente se descubre con alma buena. Y concluyes que puede pasar como una película clave para conocer la Alemania del momento de su rodaje.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Melodía del mundo


Un golpe de vapor que se escapa junto a la chimenea de un barco avisa. Un marinero se dirige con una mujer, que va a despedirlo, por las callejas de un puerto hasta el trasatlántico que va a zarpar. Unas imágenes llenas de sombras, calles empedradas, piernas entre piedras solitarias de la madrugada, que recuerdan poderosamente a la mejor fotografía europea de entreguerras.
A partir de ahí, empiezan las escenas de montaje vertiginoso, demostrando que todas las actividades que se desarrollan a lo largo del mundo, si no son iguales, se parecen mucho las unas a las otras. Un mundo idéntico a sí mismo que, pese a ello, en pocos años iba a destrozarse entre sí en la segunda guerra mundial.
Hay que agradecer a la Filmoteca que hoy y en otras dos sesiones previas, dentro del ciclo de cine de la Republica de Weimar, nos recordase esta “Melodía del mundo” (1929), y demostrase que Walter Ruttmann no era únicamente el realizador de cine de animación experimental y de la extraordinaria “Berlín, simfonía de una gran ciudad”.

Martín Garzo habla de Érice

El País saca hoy un artículo en que Gustavo Martín Garzo explica muy bien los temas de las películas de Víctor Érice:
La foto es de Maider Sillero Alfaro


domingo, 3 de noviembre de 2013

Revistas de cine 8: Visual


Revistas de cine – 6
Con aspecto marginal, pero el punto focal puesto en el cine experimental y de vanguardia, era el órgano del Film Video Información de la calle Berlinés, de vida algo menos efímera que la publicación, que creo que sólo sacó estos dos números.
Aparecen en ellos como coordinadores Eugènia Balcells, Eugeni Bonet (es de la época en que ambos hicieron juntos alguna obra) y Manel Huerga. Otros colaboradores: Juan Bufill, Ignacio Juliá, Carles H. Mor,… Artículos dedicados a Antoni Padrós, Michael Snow, Chantal Akerman, Dreyer, Hanoun,…
Es el origen de toda una línea de actuación, algo soterrada, que ha aparecido más por galerías de arte que por salas de cine.
Visual, números 1 y 2. Film Video Informació, Barcelona, diciembre 1977 y mayo 1978.


 

sábado, 2 de noviembre de 2013

La vie d'Adèle


Durante su mandato, Sarkozy despreció la “utilidad” de Madame De La Fayette hoy en día. Me gustó que Chistophe Honoré adaptase entonces, en respuesta, “La princesa de Clèves” en su “La belle personne”, como me gusta y me mete ipso facto en su bolsillo Abdellatif Kechiche iniciando su “La vie d’Adèle” en una clase leyendo a Marivaux cuando habla del coup de foudre, del flechazo. O que centre la vida y situación de Antígona. O, ya dentro del desarrollo del film, que muestre cómo Adèle se integra con pasión en las celebraciones multitudinarias por la enseñanza púbica, … o el orgullo gay.
Kechiche, con una cámara siempre muy cercana, va siguiendo la peripecia de Adèle con sus amigas en el instituto, su relación apasionada con Emma. Vemos, de hecho, crecer a Adèle, que, en una secuencia, celebra sus 18 años. Luego vamos viendo y sabemos que le espera, de forma inexorable, la vida adulta.
Tres horas no desperdiciadas.