sábado, 28 de diciembre de 2013

La grande belleza


Hoy, por fin, “La grande belleza” (Paolo Sorrentino, 2013). Esos momentos en que una cámara en movimiento acompaña o cruza un paseo nocturno por una avenida romana, o a él moviéndose por un viejo palacio, o contemplando una vista impresionante. Esos otros momentos en que se detiene todo, y sólo se oye algo muy concreto, nimio, haciéndote reflexionar sobre el instante que se está viviendo. Esa mirada ya enternecida sobre todo tipo de disparates y pequeñas miserias cometidas y vistas cometer, una mirada desde esos 65 años bien vividos. La emoción del encuentro con Fanny Ardant, posible perfecto resumen de toda la película.
Mejor no escribir nada más. Lo ha hecho muy bien Miguel Martín Maestro:
Bueno, una cosa: ¡Cómo me gustaría recuperar la escena en que le comunican la muerte de la amiga para la sesión que vamos a hacer sobre escaleras..!

jueves, 26 de diciembre de 2013

12 años de exclavitud




Mientras la iba viendo me iba preguntando por qué Steve McQueen, nada menos que el realizador de “Shame”, ha realizado “12 años de esclavitud”. Si fue cosa suya o simplemente aceptó rodar un guión que le pasaron. Porque si fuera un hombre del sur, de por aquí, me decía, sería claro que ha querido trazar una línea para decir: de aquí no pasamos. No se puede franquear esta línea so pena de perder toda dignidad de personas.

He ido a buscar una entrevista con él, y he visto que sí, que fue él quien buscó hacerla. Él, un hombre negro, nacido en la Granada caribeña, descendiente de esclavos de Ghana.

Cuando veía a Solomon avanzar entre las cañas de azúcar, llegar al claro y verse –vernos- rodeados de una realidad que es un penal al aire libre, pensaba que nos iba haciendo entrar, sin escapatoria alguna (y por eso esos iniciales planos cortos, que no dan aire), en un proceso de conciencia para que llegáramos a decir: “¡Basta!”

Pero no. Ha buscado un “igual”, lo ha extraído de entre los demás, lo ha hecho aparecer como de resistencia indómita, y ha arreglado la anomalía. No es una señal de atención. Es un golpecito en la espalda de auto-consideración.

Pack DVDs obra integral de Rohmer

Uno de los regalos de empaque para estas fiestas en Francia es un enorme ‘pack’ de DVD con la obra integral de Rohmer. Para ilustrarlo han escogido a Nine Antico, que ha dibujado así, recordando escenas de las películas:


domingo, 22 de diciembre de 2013

Títulos de crédito anticipatorios

Martin Lefebvre sugiere una sesión que daría de sí mucho juego, y de hecho ya lo ha dado en diversas exposiciones sobre un determinado tema: Ver y analizar los títulos de crédito iniciales de las películas.
Él habla de esos de Truffaut que anticipan el contenido del film, como esas tres manos entrelazadas, la del hombre con un anillo de matrimonio, de “La peau douce”, o esos anuncios por palabras de “La Sirena del Mississipi”.
Eso me ha llevado a pensar, entre otros, en los dibujos infantiles que explican la historia de “El Espíritu de la Colmena” (Víctor Érice, 1973)


Un gesto recurrente en las películas de Truffaut

Una cadena de imágenes de un gesto recurrente denunciado por Martin Lefebvre en su “Truffaut et ses doubles” (Vrin, Paris 2013).
Un gesto muy parecido, dice, al de la madre de Antoine Doinel quitándose las medias en “Los 400 golpes”, que remitería, a su vez, “a los tres minutos de ‘Las damas del Bois de Boulogne’ (Bresson), en los que Elisa Labourdette, sentada en una silla, extiende por el aire la una después de la otra sus piernas desnudas para mejor vestirlas de unas medias sedosas pre-nylon (…), los tres minutos en los que hay más erotismo que en todo (…)” (extracto de crítica de Truffaut).
Por esas mismas páginas, Lefebvre explica otras apariciones -esta vez sonoras- de las medias en las películas de Truffaut, y los paralelismos entre la madre de Bertrand, el protagonista de “L’homme qui amait les femmes” y la madre de Antoine Doinel, para concluir que “Antoine y Bertrand están claramente relacionados (como se ha mencionado, los dos pueden ser vistos como prolongaciones de Truffaut), de la misma forma que sus madres.”


Truffaut et ses doubles


No desesperar: Es lo último que saco del libro de Lefebvre sobre Truffaut ("Truffaut et ses doubles", Vrin 2013). Un gesto que ha visto recurrente en muchas películas suyas. Un personaje acariciando la cara de su pareja. Veo las fotos e imagino a Truffaut ensayando la escena con su actriz.



viernes, 20 de diciembre de 2013

Carteles de cine 36: Il sorpasso

Carteles – 36
Y un último cartel de cine procedente de un calendario que me han traído desde Roma. Si no fuera porque lleva el título italiano, hasta diría que lo había confeccionado un dibujante español, siguiendo instrucciones de los censores. Vittorio luce una cara de loco impresionante, afeando ya desde el cartel su conducta. Claro que esa espalda el censor habría hecho taparla o disimularla de alguna forma…
“La escapada” (“Il Sorpasso”, Dino Risi, 1962)


Carteles de cine 35: Carrusel napolitano

Carteles - 35
Me parece que me han dicho que la película decepciona, pero está claro que el cartel se puso a prometer venga maravillas.
"Carrusel napolitano" ("Carosello napoletano", Ettore Giannini, 1954)


Jules et Jim


El otro día hablaba, entusiasta, sobre la actualización de su web que ha hecho Martí Rom. Éste recordaba ahí, en un texto, cómo se analizaban las películas de las que se iba a hablar en un dossier para el cine-club o en una revista, en una época en la que no existían videos ni DVD, ni visionados auto dirigidos de ningún tipo. Uno iba al cine con una libreta, e iba anotando todo lo que iba viendo, para luego darle un sentido. Él sofisticaba la cosa, llevando un soporte rígido para apoyar el papel, al que iba ligado una pequeña linterna…
Ahora, en el librito “Truffaut et ses doubles” (Vrin, 2013), que estoy leyendo con calma y fruición, he llegado al capítulo en que Martin Lefebvre analiza la función de los diferentes cuadros de Picasso que pueblan las escenas de “Jules et Jim”. Éste era uno de los aspectos que nunca dejabas de anotar en la visión de una película sobre la que tenías que hablar. Luego se trataba de llegar a ofrecer una explicación plausible de por qué el director había escogido poner en la pared, detrás del protagonista, ese cuadro, y no otro: Similitud de carácter, concordancia con la escena que está viviendo, etc.
Para poner un ejemplo, en la divertida escena en que Jim espera en un café a Catherine, que le da un sonoro plantón, Lefebvre hace notar la presencia en un muro posterior de un póster de la Galeria Ambroise Vollard con “Au Lapin agile”, también llamado “Arlequin au verre”. Más allá de una posible ambientación de época, sacando a colación la relación trágica de Casagemas con Germaine Gargallo, y más tarde de Picasso con ella misma, Lefebvre nos habla de la posible prefiguración del final trágico de la película.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Carteles de cine 34: Un americano a Roma

Carteles - 34
No sé cómo será la película, pero viendo la imagen de Alberto Sordi en el cartel te puedes hacer una idea de por dónde va la cosa. Se ha de reconocer que con su moto, cómo va vestido y cómo saluda, está matador…
“Un americano… de Roma” (Un americano a Roma, Steno, 1954)




miércoles, 18 de diciembre de 2013

52 domingos


Iba a la segunda sesión de “La transició vista per l’altre cinema”, en la Filmoteca, más que nada para ver qué decía Llorenç Soler, su protagonista, porque las cuatro películas que pasaban las tenía bastante presentes. Creo que Soler se ha equivocado un poco en la selección de films, porque sumaban demasiado metraje y porque “El autoparlante” (1970), ese montaje de los discursos de Franco sobre un bucle de gente caminando a cámara lenta en plano medio por una calle / carretera de Badalona ha caído como una losa sobre el auditorio: Los discursos oficiales actuales no difieren demasiado del lenguaje vacuo del dictador, y quizás sólo cambia el tono de voz…
Pero he quedado atrapado, una vez más, por la fuerza de “52 domingos” (1965-67), con imágenes de la periferia barcelonesa (lamentablemente no se encuentran por la red) que te dejan patidifuso, y con una historia a lo “Rocco y sus hermanos” pero con el mundo de los maletillas y el toreo en vez del boxeo.
Juguetes rotos antes de recorrer su trayecto, todos ellos están ahí para sacar a su familia de la pobreza, y poder, según sus palabras, regresar a su pueblo en coche, como unos señores. El cartel inicial, de una tauromaquia de Goya, con aquella frase de Espartero, “Más cornás da el hambre”, ya lo dice todo.
Como ha dicho Josep M. Català en su presentación (en la que ha hablado de “el arte de la memoria”, los trabajos de artesanía de los monjes medievales, como símil al recorrido del cineasta), si éste fuera un país serio, toda la obra de Llorenç Soler estaría editada y a disposición de todo el que estuviera interesado.

Truffaut et ses doubles


¿Y si las películas de Truffaut fueran todas ellas un enorme juego de espejos? Así ha pensado Martin Lefebvre y, para demostrarlo, ha escrito el librito que he comprado y que acabo de empezar a leer, “Truffaut et ses doubles” (Lubrairie Philosophique J. Vrin, Paris, 2013).
A ver cómo evoluciona, pero, por el momento y por lo que se ve en imágenes posteriores, la cosa está muy interesante. Va hablando de los nombres de personas, de pequeños escenarios (esos altares con velas, como el de Balzac que monta Antoine Doinel, o la cámara de “La Chambre Verte”), gestos, cuadros, etc que se repiten de un film a otro, y que suelen enlazarse, además, con cosas de la propia vida de François Truffaut y, por qué no –añado yo- con la de alguno de sus seguidores.
En la imagen, escaneada del libro, se aprecia un cuadro con la cara de Oskar Werner maquillado de Mozart, colgado en las paredes de un escenario de “Jules et Jim” y otro de “Domicile Conjugal”, que incluso aparece –fuera de la imagen- en “Une belle fille comme moi”. Uno de los placeres cómplices obtenidos viendo sus películas era darse cuenta de alguna de las citas que inundan sus películas. Ahora me doy cuenta que llegaba a detectar un porcentaje mínimo de este tipo de cosas.

Pack Chris Marker

 Por primera vez -la causa es buena- entro en una estrategia publicitaria de forma consciente.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.
¡YA VIENEN LOS REYES! (Capítulo final)
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¡Mucha suerte!

martes, 17 de diciembre de 2013

La transición vista por el otro cine


Ha quedado claro que hoy, en la primera sesión de la Filmoteca sobre “La transició vista per l’altre cinema”, dedicada a las “manifestaciones cívicas” durante la transición, lo que quería Pere Portabella era decir que “el momento que tenemos la suerte de estar viviendo” (según sus palabras) era una continuidad de las acciones que documentaron los films presentados, y así ha empezado, desbaratando las intervenciones que seguro traían preparadas los ponentes.
Sin querer ser derrotista (porque el lema que coreaban esas manifestaciones era “libertad” –ejem-, “amnistía” –la que ahora se ha visto que salvó de responsabilidad a tanto franquista- y “estatut d’autonomia” –el que ahora se rechaza de todas todas-), como yo acudía para ver qué nuevas cosas descubría de toda esa época y esas películas, me ha sabido mal el sesgo de la sesión, y en cambio me ha gustado que luego, entre intentona e intentona, surgiera algún escarceo por en esa dirección, con anécdotas jugosas:
Pere Joan Ventura, como ha llegado tarde, no se ha enterado de por dónde iba la cosa y ha soltado lo que había pensado al respecto estos días. Ha explicado que hizo su primera filmación desde la Facultad de Derecho, y quedó maravillado y orgulloso de las épicas tomas, con carga de la policía a caballo incluidas, que efectuó. Se imagina uno la rabia que debió sentir cuando vio que había cargado mal la película, y no se había registrado nada.
Otra anécdota la ha soltado el mismo Portabella, hablando de cómo contabilizaban los asistentes de las manifestaciones. Se ve que habían las diferencias abismales que luego han seguido surgiendo en toda manifestación. Hasta que en una reunión, apareció un pastor del Pirineo, que sentenció (“Había 8000 cabezas”). Era infalible.
Manel Esteban y Roc Villas (éste entre los asistentes) han reivindicado los nombres de gente hasta ahora anónimas, que ayudaron enormemente a que esas películas pudieran hacerse y verse. Dos trabajadores de Sonoblock (Monclús y otro nombre que no he retenido) facilitaban las mezclas y trabajos de sonido. Otros dos de Fotofilm, los de montaje de imagen, siempre arriesgando su puesto sin que estuvieran afiliados a partido alguno. También se ha hablado de Banús, de la tienda “Óscar Film”, en Major de Gràcia, que facilitaba ciertos revelados.
Joan Antoni Gonzàlez, de quien proceden las copias hoy proyectadas, también entre el público de la sala, ha hecho reír otro poco cuando ha explicado que, para disimular, los trabajadores de Fotofilm les ponían a las filmaciones clandestinas nombres que nada hacía sospechar lo que había dentro, lo que luego ha complicado mucho su localización. Así, una reunión del PSUC se llamaba “Fiesta del Pilar”, las filmaciones de las manifestaciones del 
1 y 8 de febrero de 1976 iban identificadas con el nombre de “Amapola”, etc.

Las películas (“Montserrat, assemblea d’intel·lectuals” -1970-; “El cura” -1970-1971-; “Sant Cugat, Primer de Maig del 73” -1973- i “Manifestacions a Barcelona dels dies 1 i 8 de febrero” -1976-), vistas y no demasiado oídas (el sonido y su sincronía con las imágenes fue siempre el gran problema de esta época) hoy, tienen la gracia de descubrir en ellas a alguna figura más o menos conocida, o de documentar, al margen de lo propio de su objetivo, cosas tan peregrinas como los camiones que pasaban por la N-II durante los 70…

Invasión


“Para vosotros la fiebre y el sudor de la agonía / y para mí cuatro balas cuando esté clareando el día. / Manuel Flores va a morir, / eso es moneda corriente (…)” Esta “Milonga de Manuel Flores” que canta un personaje paraliza por un momento, antes que los complots pasen a ser acción desatada, esa rara avis que es “Invasión” (Hugo Santiago, 1969), escrita nada menos que, además de por Santiago, por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, y con indudables ecos de, por ejemplo, “Evaristo Carriego”.
Pero no es el aroma borgiano (con algún diálogo muy suyo o de Bioy: “-¿Le cargo ½ Kg de azúcar? Los amargos le han puesto alicaído. –No se tome el trabajo, D. Jesús. Yo ya estoy hecho a la amargura”) la principal piel de la película, que podría pasar por una evidente alegoría de la represión de la dictadura… de no haber estado realizada con antelación. Quizás la que más destaca es la de una cinta de ciencia-ficción que en algún momento toma cuerpo de “La invasión de los ladrones de cuerpos”, con unos tenaces resistentes trajeados de oscuro que intentan retrasar y luego malbaratar la invasión de grupos cada vez más numerosos que tienen la buena idea de ir vestidos de un color claro. En cualquier caso, tiene todos los números para ser un film de culto.
En blanco y negro contrastado, con una banda sonora que parece sobresalir de la pantalla y que, de vez en cuando, toma derivas extrañas, todo su metraje está cruzado de miradas, planos cortos misteriosos, reuniones, conversaciones con medio-entendidos, escaramuzas, búsquedas, recorridos por la ciudad, sus cafés, boleras, puertos, parques, para acabar apareciendo la picana, interrogatorios con seguras torturas.
Tengo suerte con mi suministrador de rarezas de ultramar, siempre tan bien escogidas.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Una familia de Tokio

¿Mi opinión? Que el tal Hashizume, por mucho que recuerde a un crítico de cine catalán, no puede hacer olvidar de ninguna forma a Chishu Ryu; que un poco de concentración habría ayudado a Yamada; que quizás se refocila demasiado en escenas sensibleras, buscando la lágrima del espectador; que la excelsa monda de una manzana de “Cuentos de Tokio” se ha trastocado en un prosaico corte de uñas. Pero aún así, viendo lo que suele ofrecer la cartelera, al fin y al cabo, no está mal, de tanto en tanto, eso de poder degustar un melodrama como éste que, por otra parte, te acerca un poco al Japón.
La seguirán haciendo hasta el jueves en la sesión de las 20h en el Melies de Barcelona.




domingo, 15 de diciembre de 2013

Une femme en Afrique

En su primera película de ficción, “Une femme en Afrique” (1985), Raymond Depardon “filma a una mujer, la montadora de sus films (e incluido éste), Françoise Prenant, que toma el sol como un gato en los hoteles que jalonan la larga errancia de una pareja improbable a través del continente africano. Porque ella no está sola. El otro, es un hombre que no aparece nunca, que es naturalmente el que la filma, y que dice la voz en off: Raymond Depardon” (Vincent Ostria, Les Inrockuptibles, número fuera de serie R.D, 2013)
Y, por otro lado de ese número, esta frase extraída de su “Errance”: “Hay muchas maneras de estar en el presente. Viajar, amar a una mujer, compartir cosas muy fuertes, esto obliga a vivir en el presente.”

jueves, 12 de diciembre de 2013

La página en Internet de Martí Rom


Martí Rom ha actualizado su página de internet y ésta es una noticia que debiera ser divulgada por muchos ámbitos, porque es impresionante la cantidad de información que contiene (y seguirá creciendo).
No es ya sólo una página básica para conocer sobre sus propios films y sobre todo el movimiento de cine alternativo y su distribución, e incluso para conocer alguno de sus elaborados textos con profundos análisis o informaciones interesantes sobre films como “Apocalyse Now”, “El acorazado Potemkin”, “Lejos de los árboles”, “Viridiana”, los films de Pere Portabella o sobre la muerte de Pasolini, sino que contiene también información de primera mano sobre temas como los campos de concentración nazis, el primer teatro de agitación política, revistas de cine de los años 70 y 80, o la historia del Cine-club Ingenieros.
Recomiendo un paseo. Prever tiempo: En alguno de sus espacios quedaréis retenidos, presos de interés. Es una página web que habría de declararse bien público.


 

domingo, 1 de diciembre de 2013

El consejero


Me he dejado arrastrar al Verdi Park a ver nada menos que “El consejero” (Ridley Scott, 2013). Hay bastante cola, casi se llena la sala grande, ponen el anuncio ese del programa Media para ayuda al cine y los cines europeos y luego Twenty Century Fox presenta… el film.
La escena más divertida de la película lo es involuntariamente y sólo por aquí. La protagoniza este niño actor, Roger Dalmases, en la trama un niño mejicano que envía un mensaje al protagonista y tiene un mínimo diálogo con él. Aparece, supongo, porque parte del rodaje se ha rodado en España. La comicidad de la escena, que no se apreciará en la versión doblada, viene de que esas dos frases que pronuncia el chicuelo mejicano… tienen un irresistible acento catalán.

lunes, 25 de noviembre de 2013

El Cineclub de TV2




Ésta es una entrada en homenaje al programa al que debo la mayor parte de mi formación cinematográfica. Sus haberes y carencias son, en buena parte, los míos en este terreno. Teniendo en cuenta que ha desaparecido hace ya unos cuantos años, excuso decir cómo mantengo de descuidado actualmente el patio.
Ciclos en versión original subtitulada, con las únicas pegas de algún corte para anuncios y de pasar durante largos años en TVE-2, cuya señal no cogía muy bien ninguna antena de por donde viví durante su emisión.
Todo esto viene a cuento por haber estado ayer deshaciéndome de mi auténtica cinemateca personal, en soporte de VHS. Tras haber salvado in-extremis alguna cosa, tiro toda ella al ver que la calidad de las copias, aunque yo no sea muy exigente en este aspecto, había descendido desde un original justillo hasta niveles inadmisibles. Pero sabe fatal deshacerse de Bergman, los dos Ray, Buñuel, Ioseliani, Murnau, Flaherty, Angelopoulos, Browning, Carné, Cocteau, Egoyan, Eisenstein, Ford, Keaton, Lang, Lubitch, Mizoguchi, Ophuls, Renoir, Rossellini, Stronheim, Tati y tantos otros, muchos de ellos empaquetados en admirables ciclos de cadencia semanal.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Rendez-vous à Bray

Ya nadie habla de André Delvaux. Ni de Mathieu Carriére, ni de Bulle Ogier. Algo más de Anna Karina. Y, sin embargo, todos ellos hicieron una película, “Rendez-vous à Bray” (A. Delvaux, 1971) que tuvo cierto nombre en el circuito de “Arte y Ensayo”, y causó una impresión enorme en un adolescente que ahora, 40 años después, situándola en su sitio, ha llegado a comprender alguna de las razones para ello.
Vista ahora no causa, desde luego, la impresión de entonces, pero se detecta y entiende su estructura cautivante en círculos hacia la noche, la cena de manjares perfectos, los efectos beneficiosos de un alcohol hasta entonces rechazado, la atractiva luz de un quinqué en la oscuridad, el vencimiento del deseo reprimido. Llena de flash-backs desde la acción en los devastados tiempos (1917) de una Europa en guerra, con la censura llenando de agujeros negros los periódicos, la luz del día trae la visión -anverso y reverso- de un espléndido árbol ya perfectamente anclado (que lleva a pensar inevitablemente en Isabel Núñez, precisamente en el aniversario de su muerte) y finalmente la constatación por su protagonista de una generosidad que le ha hecho crecer.


domingo, 17 de noviembre de 2013

Pirosmani


Josep Torrell, conocedor a fondo del cinema soviético, definió muy bien “Pirosmani” (Georgi Shenguelaia, 1969), la película georgiana que pasó anoche la Filmoteca: “Es un film naif sobre un pintor naif”.
Empieza con una escena –quizás su único “tour de force” cinematográfico- en la que la cámara sigue una planta hacia el techo, la luz y, a continuación, la mirada de una niña postrada en la cama en la misma dirección, como significación –la cosa queda, en su contexto, enigmática- de su muerte. Pero luego es simplemente el seguimiento sereno de la vida de Nikolai Pirosmani, un georgiano de la época zarista que, después de intentar sin suerte ganarse la vida con una lechería (la imagen de la tienda en una casa aislada, con su puerta flanqueada por dos cuadros de vacas, mientras por ella entra el cocinero de palacio es la que he buscado sin éxito), malvive decorando, a base de pinturas al óleo, las paredes de todos los bares y cafés de Tbilisi.

El film está lleno de estampas animadas: una boda, diversos trabajos, los instrumentos de campo en sus labores. Y trufada de increíbles interiores reproduciendo las tiendas y bares de la capital de Georgia. Una ciudad que algún plano exterior indicaba que en la época del rodaje de la película conservaba aún rincones que no debían diferir demasiado.

No debió agradar mucho a las autoridades soviéticas esta melancólica exaltación al artista individual, siguiendo su camino, ajeno a los cambios exteriores.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Festival des 3 continents

Llibres – 113
Ésta es la hermosa portada del catálogo del Festival des Trois Continents de Nantes, que tengo por casa gracias a la para mí milagrosa aparición por Friburgo de uno de sus responsables, ofreciendo ostras y vino de la región. Consultándolo y hablando con él, pude averiguar que buena parte de los éxitos de la programación de Friburgo (como las que confirmo extraordinarias “Histórias que só existem quando lembradas” –Julia Murat, 2011- o “Three sister” –Wang Bing, 2012-) provenían de este festival.
Pero, tergiversando un poco esa colección de entradas, voy a hablar de la programación del Festival de los Tres Continentes de este año, que empezará en unos días. Me he pasado por su web:
y veo que en la programación a concurso no fallan la nueva película de Wang Bing o Hang Sang So, pero que, fuera de concurso, se puede ver también al último Tsai Ming-ling, una retrospectiva de cine chino de 1930 a 1950, 12 films para festejar el centenario del cine indio, con films de Benegal, Ray, Ghatak, Sen u otros a descubrir; un ciclo sobre cine brasileño contemporáneo,…
Manteniendo la boca abierta, de asombro, deseo larga vida al festival. A ver si un año planificamos una estancia por la ciudad de julio Verne por estas fechas…
“34e Festival des 3 Continents. Cinémas d’Afrique, Amérique Latine et D’Asie”
Nantes, 2012


Dominique Sanda ahora


Les Inrockuptibles pone ahora en su última página un retrato. Éste me ha sobresaltado. Ha representado, para mí, todo un salto en el tiempo.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Un autre homme


Lo cierto es que quedan ciertos reductos poco explorados, y uno de ellos es el del cine suizo. En 2008, Lionel Baier hizo, en blanco y negro, esta curiosa película sobre un urbanita desplazado a un perdido valle, donde debe escribir la crítica cinematográfica para un periódico local; empieza a introducirse en el círculo de los pases previos para la prensa en Lausane, ahí tiene un flirt con una crítica que ejerce de temible dominante, etc.
No sé si se estrenó por aquí, pero sí que se editó en DVD… que ahora se vendía a 2 euros en la tienda de la calle Tallers de Barcelona.