El 10 de marzo de 1978 hubo en la sede de la Filmoteca Española en la calle Mercaders una sesión muy significativa, dedicada a Laya Films, el Departament de Cinema del Comissariat de Propaganda de la Generalitat creado en su día y dirigido por Jaume Miravitlles. Por primera vez después de la guerra civil se pudo ver en una sesión pública alguno de sus noticieros y de sus documentales bélicos o de otros temas. Hasta entonces casi nadie había estudiado y analizado esa materia: Quizás sólo Romà Gubern, porque ha estado en todos esos tipos de batallas, y unos jovencísimos Rosa Álvarez y Ramon Sala. Lo aportado por ellos y una entrevista del Tele-Exprés con Jaume Miravitlles que hoy ha vuelto a ser mencionada como fuente de información era prácticamente todo lo que podías encontrarte sobre ello. Los tres, junto a Félix Fanés, estuvieron en esa sesión, que para compensar lo poco que se conocía, contó con varios de los protagonistas que habían trabajado para Laya Films. Ahí se pudo ver y oír -y hoy eso suena a auténtico privilegio- al documentalista Ramon Biadiu, a los operadores Joan Mariné y Manuel Berenguer, a los montadores Joan Serra y Conchita Martínez. Joan Castanyer, el máximo responsable de Laya Films, ya había muerto en el exilio.
Jesús Franco no gana para desengaños en “El extraño viaje” desde la muerte de sus padres. Invoca al tiempo pasado continuamente: “¡Con lo buenas que estaban las peras del huerto de papá!” ¿Cuáles podrían ser esas riquísimas peras del huerto de papá, a conservar en la memoria? Aquí –Cine- se intenta recopilar y dejar visibles las impresiones a vuelapluma, en general sin documentación ni análisis previos, de la reciente visión de alguna película que me haya causado buenas vibraciones.
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miércoles, 14 de noviembre de 2018
Laya Films
Sí sé con tantos detalles de la sesión esa de hace 40 años es porque estuve en ella, escribiendo luego un papelito sobre la misma para una revista de entonces, Cinema 2002. Desde entonces siento una curiosidad especial por esta gente de Laya Films, por ese amante de Flaherty que fue Biadiu, por esas sonoras locuciones de Ramon Martori en los noticieros,...
Hoy creo que de todos los de Laya que asistieron sólo vive un muy mayor Joan Mariné, pero, compensando por el otro extremo, quien quiera saber por qué la sala pequeña de la Filmoteca se llama Laya, y además escrito con i griega, dispone de todo un señor libro para ello, producto de largos años de investigación por parte de Esteve Riambau. Como se ha encargado de decir él mismo por varios medios y en la misma sesión de presentación del libro que ha tenido lugar hoy, precisamente en esa sala de la actual Filmoteca (ya de la Generalitat), “Laya Films i el cinema a Catalunya durant la Guerra Civil” (L’Avenç, 2018) no es un libro institucional. Lo ha escrito Riambau por su cuenta y riesgo, acudiendo luego a una editorial privada para su publicación.
Pero la verdad es que hoy no se ha hablado mucho de Laya Films (como se ha apresurado a decir E. Riambau, la gente deberá comprar el libro...), mientras que el foco se ha dirigido sobre todo hacia ese curioso personaje, bastante rocambolesco, Joan Castanyer, del que Paul Hammond ha ensayado una breve semblanza biográfica. Sólo anotaré aquí unos pocos datos: Figurante de “L’Age d’or”, amigo de Picasso, Renoir, los hermanos Prevert, de pintores como Picasso, Cossío, Ontañón,... (con los que se reunía en el Café Select de Montparnasse en los años 20). Colaboró luego, al margen de mucho con Renoir (Le crimen de Mr. Lange), con Feyder.
El mismo Hammond ha explicado el interés de la investigación cursada en estancias parisinas por Riambau sobre las cartas de Picasso, por las que ahora se sabe bastantes cosas de Castanyer, a sumar a que vivió en el estudio parisino del pintor de 1940 a 1945, que llegó a realizar un largometraje de ficción con Maria Casares y que “hizo todos los papeles del auca” (que se dice en catalán) en películas alimenticias posteriores, pero algunas de ellas con Fernandel o de Jacques Tati, además de, frecuentemente, Renoir. O que vivió en los años 60 en casa de una dama -la de Noailles- que tanta incidencia tuvo en el cine de vanguardia. Hammond también ha comentado su faceta de pintor, pero no ha dejado muy bien a sus cuadros: “como de un hotel de dos estrellas francés provinciano”, ha dicho.
Se han proyectado un noticiari de Laya Films (en el que me he quedado mirando, obsesionado, un árbol destripado de la conquista de Brunete), Catalunya Mártir (montado para sensibilizar y pedir ayuda exterior), un documental que se creía perdido de Biadiu (Els ollaires de Breda) y un muy curioso documental de 1948 sobre una “Andorra” aun no caída en el turismo realizado por Castanyer.
Ante la portada del libro, ilustrada con un pin de Laya Films que ha pasado a ser patrimonio de la Filmoteca (anécdota explicada por Riambau).
En la pantalla, Joan Castanyer.
Más Castanyer.
Els ollaires de Breda.
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