Hoy ha estado por Barcelona Bertrand Tavernier para inaugurar el ciclo que la Filmoteca le dedica y presentar un par de programas dobles, en los que se mezclan films suyos con otros anteriores, escogidos por él como parejas fílmicas ideales. La de hoy estaba formada por "La main du diable" (Maurice Tourneur, 1943) y más tarde su "Salvoconducto" ("Laissez-passer", 2002), que tomaba en su ficción a los autores y el rodaje de la anterior.
He asistido a la primera. La ha presentado él mismo, con su esqueleto algo inestable a sus años, pero con una fuerza en su disertación increíble. Como gran estudioso del cine y especialmente del cine francés de la ocupación, se ha centrado inicialmente en explicar la peculiar figura y carrera de su realizador, Maurice Tourneur. Ahí Esteve Riambau, que hacía las veces de maestro de ceremonias y traductor, nos ha dado la gran alegría de anunciar que el curso que viene le dedicarán todo un ciclo, con varias de sus películas de los años treinta.
Luego ha explicado cosas muy interesantes sobre la Continental, la productora alemana, impulsada por Goebbels, que hizo cuarenta films en la Francia ocupada. Iban a ser -ha comentado- películas para mantener idiotizada a la gente, a la manera de los seriales televisivos de hoy en día. Pues bien -levanta el dedo aseverando-, "por lo menos diez de esas películas no seguían en absoluto el esquema requerido por Goebbels". En una de ellas, "Sinfonía fantástica", una biografía sobre Berlioz, su realizador, Christian-Jaque, acababa con La Marsellesa, que el público de los cines arrancaba a corear, para disgusto y posterior bronca de Goebbels: "Os he colocado aquí para hacer films que duerman al público, no que les exalten patrióticamente". Ahí llega cuando Tavernier se escandaliza: Alfred Greven, el responsable de la Continental, se fue a la tumba en 1962, sin que ningún periodista se le hubiera acercado para preguntarle cómo lo consiguió...
"La main du diable" tiene, en ese contexto, elementos impensables: Su guionista, Le Chanois, era judío (su nombre real era Dreyfus) y comunista, pero además resistente incluso contra el mandato de su partido, entonces defensor del pacto Hitler-Stalin. Como todas las películas de una productora alemana, no pasaba la censura gubernamental francesa, nada tolerante -aunque aquí no sea el caso- en cosas políticas o anticlericales. Ha acabado Tavernier diciendo que cada vez que sabe algo nuevo sobre las condiciones de producción de estas películas (poco tiempo de rodaje, casi toma única debido a la falta de celuloide,...) queda más impresionado de los resultados obtenidos.
Con esta introducción tan exaltante, todos andábamos buscando las huellas que debió dejar el guionista judío, comunista y resistente en el film. Salvo unas imágenes de café y de la gente que pasa por la Av. de la Ópera, que dan la perfecta imagen de la época de la ocupación, aunque simulen ser de una anterior, y de fijarnos en que realmente toda la comida que sale en la película es falsa y las cucharadas que toman llegan vacías a la boca (porque, con las penurias, los actores se comían todo lo comestible), yo al menos no he visto nada en ese sentido. "La main du diable", basada en Gérard de Nerval, puede entrar por méritos propios en la historia del cine fantástico, tiene escenas muy vistosas, una fotografía en blanco y negro muy contrastada y destacable, elementos de humor que hacen seguirla con agrado, etc. Pero no veo que sea subterráneamente un film resistente.