Otra película de Jean-Claude Brisseau con Bruno Cremer colgada hoy mismo en Mubi, “Un juego brutal” (1983).
Un asesinato a la primera de cambio nos anuncia que estamos ante un film de crímenes en serie, pero poco después la cosa deriva hacia un film de formación a lo “El milagro de Ana Sullivan”, pero a lo bestia, que por algo es de Brisseau.
No aconsejo verla a quien se pirre por eso de la intriga de cine negro y las investigaciones correspondientes -porque son inexistentes-, ni quien de forma confesa o callada vergonzantemente vaya detrás de crímenes sanguinolentos o su laboriosa resolución, porque si bien aparecen algunos encuadres con profusión de salsa de tomate, son mínimos y el móvil que se descubre finalmente asociado es de caer por el suelo, de tal forma que no se lo cree ni Bruno Cramer, forzado a interpretar las escenas más lamentables de su carrera.
Sí que la aconsejo, en cambio, a quien sea sensible con la pulsión que transmiten ciertas películas de Brisseau, siempre forzando los límites, en cualquier sentido, apuntando a lo más rastrero o a lo supuestamente poético.
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