lunes, 15 de enero de 2024

Les envoûtés

La protagonista (a la derecha) y su amiga española, en la lavandería de una supuesta aparición.

El pintor en los Pirineos. Como dicen en varias ocasiones, donde él posa la vista, España, ahora cubierta por la niebla.

El pintor y la que ha ido a entrevistarlo.

Si TV5Monde programa una película de Pascal Bonitzer -en este caso “Les envoûtés”, de 2019-, aunque no esté bien valorada en IMDB y no haya visto ninguno de sus largometrajes, sabiendo sólo de su firma como redactor del Cahiers du Cinéma y como guionista bastante prolífico, mi instinto me obliga a grabarla y, tras verla, felicitarme de haberlo hecho.
Es curioso. No es ninguna maravilla de película, pero su visión me tuvo pegado a la pantalla en todo momento. Sus cambios -dirías que antes de lo esperado- de planos la hacen muy dinámica, y sus variaciones de escenarios, composición de planos y ritmo permiten situarla en una franja de cine que nutría el grueso de la producción hace no tanto y que hoy ha desaparecido.
Basada en una obra de Henry James, he ido a mirar la traducción de ese “Les envoûltés” del título y aparece algo así como “Los hechizados”. Y ciertamente hechizos varios se relatan en el film, en el que una chica algo apocada (¿o será sólo captada por algún embrujo?) va a entrevistar para una revista a un huraño pintor que vive en un área solitaria de plenos Pirineos del País Vasco francés (en la encarnación de ese teórico salvaje pintor veo el punto menos satisfactorio de la película, porque no veo su comportamiento salvaje por ningún lado) para que le relate en detalle la aparición que dice haber tenido de su madre muerta, mientras que la amiga de la chica, a su vez, ha captado la presencia de su padre… cuando acababa de morir en Huelva.
Todo el final confirmaría que esa proliferación fantasmal si bien sutil, a la manera de James, es el tema de la película, pero mira por donde, la he visto como otra cosa bien diferente, mucho más carnal y de este mundo, pese a las ausencias o ensimismamiento de sus personajes.
¡Ah! La ficha de la película dice que aparece José Luis Gómez, pero me ha pasado desapercibido.

Ella con su amigo y confidente homosexual.

He encontrado esta supuesta fotografía de rodaje por internet. La estación de Biarritz tiene en la película un importante papel.
 

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