viernes, 14 de enero de 2022

Inocentes con manos sucias


Tenía un buen recuerdo de “Inocentes con manos sucias” (Claude Chabrol, 1975)… que se me ha hundido viéndola hoy de nuevo.
Sé ver qué es lo que interesó de la película a Chabrol, pero toda su trama, reseteada un par de veces, se te cae por los suelos y lo que en sus grandes películas suele ser contención y labor de zapa por las profundidades suena aquí a aparato pirotécnico.
Aunque aún me faltaba leer en su biografía sobre sus dos películas previas, he mirado que deja ver sobre ella Antoine de Baecque en su biografía del director, y todo queda meridianamente claro. El argumento era malo, pero Chabrol quería sacar del mismo una película porque al leer el libro quedó prendado de esa mujer, única entre los diferentes hombres del film, luego interpretada por Romy Schneider. Pero, sencillamente, Chabrol y Schneider no congeniaron y él la dejó a ella, que quería un desafío como el que tuvo con Zulawski, suelta, sin las indicaciones que buscaba. La falta de sentido del humor de la actriz, siempre buscando la seria trascendencia, que Chabrol veía ridícula, le tiró hacia atrás. Y ella quedó en la película por ahí, a la deriva. Eso y la peluca de Rod Steiger hundieron el resultado. Como señala el mismo Chabrol: “La mayonesa no cuajó. Dommage!”
La panorámica inicial -bastante habitual en los films de Chabrol- que nos lleva a la casa de la trama -en este caso la lujosa del área de Saint Tropez que alquiló a la productora a muy buen precio la actriz Elsa Martinelli- se encuentra en el jardín con Romy Schneider tomando el sol desnuda. La cometa que había hecho volar el vecino fue precisamente a tapar su trasero.
En los primeros 60, el productor Carlo Ponti obligó a Chabrol a rodar una escena suplementaria para desnudar más a una de sus actrices. Chabrol la hizo, colocándola en una bañera, justo el sitio en el que se fijó en ella en un anuncio de jabón. Ponti quedó satisfecho y poco después obligó a Godard a hacer otro tanto con Brigitte Bardot, dando pie a la curiosa escena de “Le Mépris” en la que ésta le va preguntando a Michel Piccoli por las diferentes partes de su cuerpo.
Pues bien: se ve claramente que estamos ya en 1975. Pensé si la escena de la cometa era también una imposición del productor, pero a/ no se trataba de un productor al uso, como con los que era frecuente tropezarse por España, sino André Genovés y b/no es una sola escena, sino que son muchas más en las que aparece Romy Schneider mostrando sus encantos, por mucho que tuviera negro a Jean Rabier (director de fotografía) diciéndole en cada una de ellas que “tuviera cuidado con tal o cual parte de su cuerpo”.


 

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