lunes, 20 de septiembre de 2021

Madame Colibrí

Ante el espejo.





El despacho del marido, donde trabaja el hijo mayor.

Padre e hijo en acción, en plano cenital.



El baile de carnaval.

Y el tiempo, a lo cenicienta, pasando por él.

Pasado el baile, el recuerdo en él de la música del baile en que la encontró.

Y el recuerdo para ella, en casa, del baile en el que lo encontró y se dio el “coup de foudre”.

La música…

La discusión familiar. Ella se saca el yugo familiar.

Y parte a encontrarse con él, que parte hacia el ejército colonial dos años.
Un año después de esta “Madame Colibrí” que se puede ver vía YouTube (enlace abajo), Julien Duvivier hacia la extraordinaria “Au bonheur des dames”. Tras haber visto la primera, un melodramón desatado en la que prevalecen finalmente las buenas obras y el orden establecido, me da por pensar que parte del mérito global de la segunda se podría poner en el haber de Zola, autor de la obra de base, que no admite comparación, creo yo, con el autor de la primera.
Pero dejando un poco de lado -ya sé que es mucho dejar- el argumento de “Madame Colibrí” (la baronesa, desatendida por su marido, conoce en un baile a un amigo de su hijo mayor y huye con él para llevar una vida colonial… hasta que la diferencia de edad empieza a acusarse), la película tiene unos cuantos aciertos formales incuestionables, que te dejan admirado.
Estamos ya en 1929, con lo que Duvivier dispone ya de un lenguaje notorio y, como la película es una superproducción, también de unos medios superlativos. Así, utiliza unos cuantos travellings en exteriores, pero sobre todo se hacen notar los de interiores, correspondientes a grandes salones aristocráticos.
Pero en el film hay, sobre todo, una serie de escenas estilo vanguardia de la época muy espectaculares y en general escenas de gran impacto. Dejemos que sean las (numerosísimas, con pies de foto revelando -ojo- toda la intriga) capturas de pantalla que fui haciendo las que lo demuestren…








La llegada de la (joven) vecina.


Vecina aún no alcanzada por la sombra del tiempo…


Una nueva partida, de regreso.


 

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