lunes, 6 de abril de 2020

Out 1 - y 8: De Lucie à Marie

Emilie viéndose, sorprendida, por su haz y envés.
Todo tiene su final. Lo tienen hasta estas entradas sobre “Out 1”, de la que anoche vi su octavo y último episodio, “De Lucie à Marie”, por lo que cabe pensar que también la tendrá (esto es una nota de esperanza) la crisis del maldito coronavirus...
Una de esas escenas de representación juvenil improvisada, mal interpretada y planificada, lo que la eterniza... de las que está llena la película, pese a lo cual, uno pierde las defensas ante ella y el espíritu juguetón que representa.

A veces me digo si los recorridos entre nombres femeninos que encabezan los títulos de los episodios no serán los que vemos pasan por el ligón, grande y destartalado de Thomas, el personaje interpretado por Michel Donsdale. Pero enseguida lo dejo, sin ponerme a pensar en ello.
Tras 
-pensar en la posibilidad de la existencia de fantasmas en el caserón de Obade, en Normandia
-asistir a una conversación entrando en bucle
-comprobar lo ligón que es el personaje de Michel Donsdale (pese a que viéndolo en sus últimos papeles no lo habrías dicho nunca)
-oír un posible adiós de Colin a las fantasías, que “le han alejado del amor”.
-oír al personaje de Françoise Fabian decir que es muy bonito lo de escribir libros, charlar en cafés, etc., pero que es frustrante que no haya luego nada más
-ver a Frédérique, pistolón en mano, emular las películas de Feuillade o, mejor, a Franju emulando a Feuillade,

...todo se precipita y acaba de forma inesperada, mucho antes de lo esperable.
Creo que este plano, tal como está en la imagen, no aparece nunca así, tan marcado, imagen real y reflejada en el espejo en el mismo fotograma.
Habrá que buscar, pues, otro film de estos míticos nunca vistos por interminables para dar con ellos la lata, pero, como ya vi recientemente también “Al oeste de los raíles” y no encuentro otro de esa naturaleza, mejor que acabe de una vez lo del coronavirus y salgamos con bien de todas sus consecuencias.
Frédérique, con máscara, con un pistolón, parece trasladarnos a la un poco posterior “Noches rojas”, o a una serie de Franju de la época, en la que, tras su “Judex”, emulaba a Feuillade.

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