- ¿Cómo ha empezado todo esto
de la escritura?- le pregunta Benoît Jacquot, aproximadamente, a Marguerite
Duras.
- Tenía que hacer frente a mi soledad –le contesta más o menos ella,
señalándose allí, en medio de la habitación, frente al piano, junto a una ventana
dando al exterior.
Es el inicio de “Écrire”, uno de los programas del INA puestos
ahora a disposición de forma gratuita
por su plataforma Madelen durante tres meses. Sí que se pueden descubrir
en ella cosas interesantes, pero con dos o tres inconvenientes:
1.- No he visto subtítulos, ni en francés.
2.- Su aplicación no es descargable en la TV.
3.- Su catálogo es tan poco funcional como el de todas las
plataformas de contenidos de este tipo, con lo que se hace difícil ver qué hay
y qué no de un golpe de vista.
En la entrevista, la cámara permanece en general fija, captando,
entre silencios y fotogramas en negro, a Marguerite Duras hablando de la
soledad de esa casa de campo que le lleva a la escritura. Solo en algún momento
la cámara se mueve para dejarnos ver la magnitud, llena de recovecos, de los
espacios, para mostrar el lugar preferente de escritura o para divisar, tras
los cristales de los ventanales, el jardín, que noto mucho menos descuidado de
lo que recordaba. Al final la cámara sale al jardín, ve las dos figuras en el
interior de la casa y, ya anochecido, se pierde en la oscuridad, entre ruidos y
luces de la cercana carretera.
Creo que ahora no leería un libro de la Durás, pero estaría
siempre dispuesto a ver otra pieza como ésta, con ella hablando, con sus
pausas, en profundidad.
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