martes, 21 de abril de 2020

A. K. (Akira Kurosawa)

Sentado en su silla contento o preocupado, mirando atentamente a sus actores en un ensayo, recorriendo una y otra vez las negras y cansadas arenas de la ladera del monte Fuji, la cámara de Marker intenta una y otro vez captar y retratar un mito.
“En un rodaje de este tipo, el primer peligro a evitar es apropiarse una belleza que no nos pertenece”. Es una reflexión que hace Chris Marker sobre su propio trabajo al filmar en el rodaje de “Ran” (1985), de Akira Kurosawa. “He de intentar filmar desde mi propia posición”, se dice, en lo que constituye una de esas frases que podrían convertirse en lema para escuelas de documentalistas.
Los soldados amarillos avanzan hacia sus posiciones.
Veamos. ¿Como podríamos lograr hoy en día algo parecido a “A. K. (Akira Kurosawa)” (Chris Marker, 1985; en Filmin)? No se me ocurre, entre otras razones porque no encuentro a las personas que podrían ser las equivalentes a lo que entonces se dio. Un grande del documental (de un documental muy personal, que lleva siempre su marca) se enfrenta a un cineasta entonces ya mundialmente reconocido como maestro, Akira Kurosawa. Ha ido al rodaje de esa película de belleza inaudita, en la que los soldados con estandartes rojos, amarillos y azules se enfrentan entre sí, “Ran”. Cada vez que encuadra a su director, parece estar buscando su esencia, esa que le hace ser un grande.
Toda la película está parcelada en capítulos identificados por unos intertítulos con unas palabras en inglés, francés y la bella ideografía japonesa en su centro (paciencia, velocidad, caballos,...), que van definiendo a Kurosawa y a todo ese sistema solar de técnicos y otros fieles colaboradores que le tienen a él como centro.
Mientras puede, Kurosawa convierte la niebla en humo. Cuando ya ese recurso no da más de si, toca esperar.
En uno de esos capítulos, una partida de extras/soldados, cargando un estandarte amarillo con una gruesa línea negra, avanzan en formación sobre las volcánicas tierras del monte Fuji, entre coches y una excavadora.
En otro momento del film, Marker capta el rodaje de la escena 63 de “Ran”. Nos avanza, al estilo de Mariano Llinás en su “Historias extraordinarias”, lo que pasará, explica las cosas avanzando lo que veremos, creando un cierto suspense sobre cómo se desarrollará ese acontecimiento.
Técnicos entre los arqueros que van a disparar sus flechas encendidas al castillo de “Ran”.
Con su austeridad conceptual (solo intentar captar lo que se desprende de un rodaje), “A. K.” es un documental de Chris Marker sobre el “sensei” (maestro) Akira Kurosawa, pero también es un documental sobre la cultura japonesa de un gran admirador de la misma. Una cultura que se aprecia en medio de un entorno repleto de elementos de lo más modernos, pero que resulta, definitivamente, otra cultura.
“Lo que no se filma es a menudo lo más bello”, se sorprende Chris Marker..

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