domingo, 21 de noviembre de 2021

Pasos cortos de Oskar Alegria


Vi en L’Alternativa de 2019 “Zumiriki” (Oskar Alegria, 2019), que por cierto se pasa mañana en la Filmoteca, y me convenció totalmente. L’Alternativa de este año le dedica toda una sección al realizador y ayer ofrecieron en el auditorio del CCCB sus “Pasos cortos”, un programa que ha montado para la ocasión a base de cuatro cortometrajes, cuatro encargos -según dijo ayer en la presentación que hizo, para escaparse del coloquio final- que se hizo suyos.
Según le salió -inesperadamente divertido- a Tess Renaudo, co-directora del festival, fue “casi su estreno mundial, y más en Barcelona”.
“La lengua de los Dioses” (2018), que comentó había hecho para el Nak (festival de música música contemporánea navarro), podría encuadrarse dentro de eso que se llama cine experimental. Se trata de una de esas películas, con de vez en cuando imágenes de belleza innegable, que te dan tiempo a escrutar los ojos de una lechuza o ver cómo la niebla alcanza una cima rocosa. Sobre ella el músico Philipp Laval interpretó en directo (en su día) lo que es ahora su banda sonora.
“Erleketa” (2020) es la que veo más emparentada con “Zumiriki”, pues nada más empezar ya aparece un personaje, conocedor del mundo de las abejas, que bien podría tratarse del ocupante de la cabaña del otro lado del río de aquella película. De tener que escoger una de las cuatro películas de la sesión escogería, sin dudarlo un momento, ésta.
Encargo de un Instituto de Cultura del País Vasco Francés dedicado al análisis de la palabra, tiene y muestra el aprecio de Alegría por las palabras y sus atractivos significados. Aquí es maravilloso, por ejemplo, leer la definición de una serie de palabras empleadas por pescadores que caracterizan el estado del mar cuando, bajo sus aguas, corren unas u otras bandas de peces. A cada palabra y su definición hace seguir Alegría un plano que retrata el mar en cuestión mencionando.
Pero no acaba aquí. En la presentación se volvió a reconocer como gustoso entrevistador de gente veterana, a la que sonsacar sus conocimientos, y en la película se ve y oye a una serie de ancianos reproduciendo con su boca los ruidos de los diferentes tipos de motores y barcas y toda una serie de cosas así.
“Hotza” (2018) firma parte de un film de episodios dedicado al poeta Joseba Sarrionandia, “Destierros”. Oskar Alegría se fija en únicamente un par de versos suyos, en los que plantea una pregunta sobre a dónde va un hombre que se adentra por el valle con éste todo nevado. A mí, personalmente, la resolución de la pregunta, la respuesta que completa el cuento dándole un carácter de cuento fantasioso, no me convenció, pero sí todo el recorrido que lleva a ella, en la que Alegría se recrea, en plan etnólogo, en mostrar al detalle los instrumentos y acciones que emprende el personaje del film.
Por último, “Aritzakoa” (2020) juega con el ritmo de luces y oscuridad correspondientes a las señales de un faro y lo liga con el ritmo de los versolaris. La centra en Ea, un pueblo perdido donde nació un abuelo del escritor Julio Cortázar. A la salida discutí con tres notorios espectadores sobre la utilización que hace de un narrador (me decían que era el mismo Oskar Alegría, aunque yo creía que eso la haría más personal y pensaba que estaba dicha por un locutor) como voz en off. Quizás acostumbrado a la lectura de las frases que fueran en la pantalla de los films previos, me dio la impresión de que esa voz le restaba a la partida mucho de la poesía del conjunto. Debo decir, no obstante, que no apreciaron en absoluto mi propuesta. Me dijeron que el euskera es muy bonito. Cosa que no pongo en duda y hasta suscribo, pero…






 

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