Del mismo realizador de un documental tan curioso como “¡Vivan las antípodas!” (2011) o mejor esa divertida película con cerdos como protagonistas, “Gunda” (2020), Viktor Kossakovsky, hay temporalmente en Filmin, gracias a L’Alternativa, “Los Belov” (1992), el que pasa por ser su primer documental.
El film, de una hora, muestra una serie de escenas de la vida de una pareja de ancianos hermanos, ambos medio idos mentalmente, a cargo de una destartalada granja. Ella canturreando canciones constantemente y desesperada por los destrozos que ocasionan constantemente las vacas, él casi siempre borracho, discurseando de lo lindo.
Por las discusiones que oímos cuando les visitan otros dos hermanos, con los que él emprende una discusión a voz en grito, sabemos que estamos en la época de Boris Yetslin. En un momento, pues, decisivo, de enfrentamiento entre ideas en la URSS, sin saber hacia dónde se iba a decantar la cosa.
Kossakovsky tiene acceso hasta a discusiones brutales entre hermanos y en la música pone tanto una canción cubana que habla de un “Caballo viejo” como una dulzona canción en inglés, que sorprende por contraste con la dureza del entorno.
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