lunes, 22 de noviembre de 2021

La puesta en escena de la pintura - 3






La tercera sesión del curso “La puesta en escena de la pintura”, impartido por José Luis Guerin nos llevó a constatar un camino cada vez más decidido hacia lo que llamó la “representación de lo invisible”.
Pasó por varias de las últimas cenas pintadas como frescos en diversos conventos de Florencia hasta llegar a la impresionante y prototípica de Leonardo da Vinci. Utilizó entonces el vaciado de Juan Manuel Ballester para poder apreciar los espacios.
Un paseo por Mantegna le permitió hacernos ver las presencias de auténticos fantasmas en los cuadros de Masaccio. Una presencia, la de los muertos, que estalla en el caso de la Simonetta Vespucci de Piera di Cosimo.
Recorrió luego el camino que lleva “de lo bíblico a lo familiar” comparando “La Presentación en el templo” de Mantegna con la de Bellini.
Recuerdo luego cuadros de voyeurs, primando el punto de vista, como en el “Susana y los viejos” de Guercino. Siguió entonces comparando los claroscuros de Caravaggio con los de De la Tour y llegamos a ver unos cuantos retratos de grupo de pintores flamencos, llegando inevitablemente a Rembrandt.
Nos despidió con un impresionante mosaico de autorretratos de Rembrandt que, desde luego, expresaban en su conjunto, como señaló, toda la condición humana.
No sé si con estas notas queda claro que estamos asistiendo a un repaso a la historia de la pintura de lo más enriquecedor, que hará que a partir de ahora cambie nuestra mirada cuando nos situemos ante un cuadro.


 

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