Una diablesa acude con su hijo en busca de reparación.
Las películas francesas de Raúl Ruiz, que siempre empiezo a ver con gran interés, llega un momento en que me desconciertan (quizás sea ese instante del que habla Ruiz en el que aflora la película que corría por ahí, subterránea) y acaban por ahuyentarme. Pero por el final de su vida hizo en Portugal la impresionante “Misterios de Lisboa” (2010), que pudo verse de un tirón en uno de los últimos matinales del Alexandra, demostrándome que tenía espíritu fabulador de sobras para hacer gozar con ella de principio a fin y ahora, al ver la miniserie rodada para la televisión chilena (que abajo se ve de forma continua, sin cortes) “La recta provincia” (2007), me doy cuenta de que he de repasar a conciencia su filmografía, porque aquella película no era una exuberante flor aislada.
Paulino, hombre de pocas entendederas, interpretado por el director chileno Ignacio Agüero, emprende con su madre un camino por la sierra en busca de unos huesos perdidos. Suficiente como para entrar en un engranaje de esos en los que una historia lleva a otra, que contiene una tercera. Algo así como “El manuscrito encontrado en Zaragoza”... o la misma “Misterios de Lisboa”. Sólo que aquí el espíritu del cuento fantástico, bonachón y muy divertido, se ofrece abiertamente, sin máscara, desde un principio.
El hombre que anda cayéndose continuamente, unos diablos que andan hacia atrás, otros que muestran una cojera manifiesta o, como Dionisio Faúndez, caminan si no corren en plan andarín impenitente, la mini-historia del encuentro entre Heráclito y Demócrito o hasta la de una diablesa a la que le pierden las perdices. Las recetas de cómo las prepara, en este enlace:
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