Van cayendo en el saco todas las películas míticas, pues por arte de coronavirus se han dejado ver últimamente. Es el caso de “Avoir vingt ans dans les Aurès” (René Vautier, 1972), una de las películas que hacían daño a un sistema que prefería dejar enterradas visiones tan críticas como ésta sobre la guerra de Argelia. La colgó ayer la Cinematheque Française y podrá verse en su plataforma Henri hasta el próximo día 15.
En primer lugar nos encontramos ante un largometraje de ficción de un cineasta francés conocido sobre todo como documentalista y considerado el padre del cine independiente argelino.
Para hacer la película Vautier se documentó entrevistando a centenares de excombatientes de la guerra de Argelia y, con esos testimonios en su poder, elaboró esta dura historia, que pasa a engrosar la no muy larga lista de largometrajes que la denuncian de forma amarga, como es amargo -después de su más hermosa escena- el final del film.
Un comando dirigido por el teniente Perrin (Philippe Léotard), compuesto de insumisos, se adentra por una zona montañosa de Argelia cercana a Túnez y tiene enfrentamientos con pequeños grupos del FLN. Pero el enfrentamiento mayor, siendo como son pacifistas, es entre lo que deben hacer y su forma de pensar. Premio de la prensa en el festival de Cannes, fue denostado y apartado de una correcta distribución, siendo veinte años después cuando resurgió y se exhibió con profusión como ejemplo de cine profundamente anticolonialista y anti bélico.
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