La Federació Catalana de Cineclubs busca actividades compatibles con los confinamientos que han sido y pueden seguir siendo y una de ellas la organiza con la red de bibliotecas públicas.
Hoy me he acercado, curioso, a ver en mi tableta el coloquio que, llevado por Julio Lamaña, iba a ser el tercer nudo de una actividad para la Biblioteca de Vallirana. Era para sacar punta a la película “Melancolía” (Lars von Trier, 2011), siendo los otros dos nudos previos ver la video introducción al film en el canal YouTube de la Federació y revisar antes la película, cosas que, entre nosotros, no había hecho, lo que me ha restado bastante operatividad en mis argumentos.
Mi curiosidad ha quedado bien satisfecha y he salido, además, con una serie de ideas en la cabeza que, si venzo mi aversión al realizador, quizás tenga en cuenta en alguna de sus próximas películas.
Ha colgado Julio Lamaña primero la música que se emplea (el “Tristán e Isolda” de Wagner) y una serie de cuadros ligados a ese estado de melancolía que viene a ser el protagonista máximo del film. Por ahí estaba Brueghel el Viejo, pero también la Ofelia de Millais, no muerta, pero sí en disposición de ello, como expresa con esas manos extendidas con las palmas hacia arriba.
Lamaña, el único partidario de Von Trier de entre los que se han expresado, ha señalado que plantea todas las posibles posturas ante un hecho terrible como es un fin del mundo irremediable (La depresión, la ansiedad, el suicidio,...) valorando lo que tiene de salida personal, como implicación artística. En este sentido, debería volver a ver ese final, con el niño, que ha llevado hasta su idea, a ver si von Trier gana puntos en mi estimación, que está por los suelos.
Todo sea dicho, esta “Melancolía” es de las pocas cosas suyas que salvaría, colocándola en un ciclo sobre el fin del mundo -demoledor- junto a “El caballo de Turín” (Tarr) y las imágenes finales de “La hora final” (Kramer).
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