Aung San Suu Kyi saludando al que creo que es Min Aung Hlaing, jefe de la cúpula militar y que este mes se ha hecho con todo el poder.
Aung San Suu Kyi subiendo, por vez primera, al suntuoso parlamento para el que fue elegida en 2012, tras muchos años perseguida políticamente.
La autopista de 20 carriles que lleva hasta la nueva capital fantasma del país, donde se erigió el nuevo parlamento y varios edificios gubernamentales.
Esas escaleras llevan a la entrada del nuevo Parlamento.
Para ser sincero lo que más me impresionó de este documental fueron las escenas de la increíble autopista (vacía) de veinte carriles que lleva a la nueva área del parlamento de la capital -Naipyidó- construida en medio de la nada por los militares de la dictadura de Myanmar -la antigua Birmania-.
Me lo recomendaron poco después del actual golpe de estado en el país, se puede ver en Filmin, es una producción danesa y se llama “La historia real de Aung San Suu Kyi” (“On Inside of a Military Dictatorship”, Karen Stokkendal Poulsen, 2019).
Puedes estar de acuerdo o recelar de cómo han resuelto en él la papeleta de explicar las razones que llevaron a la premio Nobel de La Paz a esas declaraciones sobre el conflicto de los Rohinyá que la hizo caer en el mayor de los descréditos, tras haber sido la gran esperanza de Occidente para acabar de una vez por todas con la dictadura militar. Pero, en cualquier caso, lo que no puede negarse al documental es su claridad en la explicación de todo el proceso que la llevó hasta el puesto de liderato gubernamental del país, de todas las triquiñuelas legislativas empleadas a partir de la Constitución existente fabricada por los militares.
Así, queda claro que la clave del proceso aparentemente democratizador que emprendió la casta militar fue lograr el objetivo de acabar con las sanciones internacionales que endeudaban, aislaban y empobrecían al país. Todo lo que sigue es diáfano, además, porque cada grupo social y político viste a los suyos de un determinado color: el verde de sus uniformes corresponde a un ejército que mantuvo su status de forma inviolable, el tradicional traje local de color blanco (¡con sus sandalias tipo brasileñas!) a los militares que, de la noche al día, pasaron a regir la “democracia militar” y, por último, los miembros del NLD, es verdad que algo más coloridos, tienen el rojo como color predominante.
Antiguos militares convertidos en altas figuras del nuevo estado, gente del NDL, se prestan a explicar desde su posición y ambiente actual, con un inglés a menudo tan elemental que ayuda a mostrar lo elemental de sus estrategias, su visión de lo acontecido.
Tras ver la película, parece que estés algo más preparado para situar acontecimientos como el del pasado 31 de enero.
El antiguo militar que, convertido en el primer “hombre de blanco” que asumió la presidencia del país, explica a Karen Stokkendal Poulsen y a nosotros el supuesto proceso de transición a la democracia.
Un miembro del NDL, que suelta unas risotadas enormes después de cada frase, hace lo propio.
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