domingo, 7 de febrero de 2021

La banda de Norrtull




Con la del famoso Gustaf Molander, “Malarpirater” (1923), me llevé una gran decepción, pero en cambio he seguido con interés “La banda de Norrtull” (“Norrtullsligan”, Per Lindberg, también de 1923 y, como todas estas últimas, parte del grupo de films mudos nórdicos incorporados sorprendentemente en el catálogo de Netflix)
No es que se descubran en ella, por encima de la de Molander, al margen de posicionamientos de cámara mucho más próximos, la superación absoluta de los “cuadros” típicos del principio del cine que seguían del todo vigentes en aquella. Apenas si se nota aquí una sintaxis formal más allá de ciertos cortes puramente funcionales y los fundidos en negro para el paso a otra escena, pero al mostrar las confesiones de una mujer independiente y constatar que al menos durante un buen rato podrían entrar con éxito en un ciclo actual sobre antecedentes de la cuestión feminista, se ve con sumo agrado.
Las confesiones (el relato de una joven secretaria que decide formar una banda, excluyente de hombres, con otras compañeras, yendo incluso a la huelga por sus condiciones laborales) van vertidas íntegramente en los intertítulos, siendo las imágenes posteriores a cada intertítulo solo ilustración de lo narrado.
Pero quiero pensar que no todo en el film entra en deuda con Elin Wagner, la autora de la novela en la que se basa y, según leo, pionera en la reivindicación de los derechos de la mujer y otros cuantos. La fotogénica escena inicial, despidiéndose la protagonista de un niño en la cima de una colina desde la que se divisa la ciudad, donde comienza su relato, por ejemplo, habla de las buenas formas de Lindberg.
He acudido a mi pequeño manual sobre el cine sueco, el de Peter Cowie (Ediciones Era, México, 1970) y habla, claro está, de Molander (si bien diciendo que no hizo nada de interés hasta 1931), pero sorprendentemente no menciona por ningún lado ya no está película, sino ni siquiera a Per Lindberg.
Se podrá decir eso, pues, de que la historia del cine está por reescribir, porque al menos desde un punto de vista de reivindicación feminista, esta película aparecería de alguna forma hoy en día.
(Las fotos que he encontrado por la red y que cuelgo corresponden seguramente a un álbum de cromos o postales dedicados a la película. Las imágenes de copia de la plataforma presentan una nitidez muy superior).




 

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