Es increíble la forma en que funciona la memoria. De “L’ami de mon amie” (Éric Rohmer, 1987), que acabo de ver en Filmin, no recordaba más que un plano de un encuentro en un barrio de nuevo cuño… que pertenece en realidad -creo- a otra de sus “Comedias y proverbios”, “Les nuits de la pleine lune” (1984).
Ninguna permanencia de los rostros de sus actrices y actores, reconocimiento ahora bien fácil de la autoría de Bofill del entonces nuevo barrio de Cergy, que no debí ver tan claramente en el momento de su estreno, y un enredo plenamente de Rohmer que, dado el ambiente en que tiene lugar, debió hacerle ganar puntos como autor de comedias de enredo absolutamente banales. Lo más curioso es que alguno de estos personajes se lamenta, en los diálogos, de su banalidad, mientras que hablar de banalización en 1987 no era nada frecuente.
Lo de considerar banal una comedia como ésta lo veo un error mayúsculo, casi tanto como considerar que lo suyo no es cine: dos de sus escenas hablan de forma espero que evidente de, además de sus planteamientos dramáticos, de su maestría en el uso del color y la puesta en escena.
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