Llevo un tiempo despistado respecto al día de la semana en que vivo. Hoy, pese a ese cielo negro que se aproxima amenazante, me parecía que era domingo.
La impresión se ha redoblado con, en la sesión de sobremesa, “La espía de Argel” (“Candlelight in Algeria”, George King, 1944; en Netflix), la película con más espías por metro cuadrado que he visto en bastante tiempo.
Y, para acabar de ofrecer el color (muy en blanco y negro repleto de sombras) requerido, todo tiene lugar en decorados llenos de celosías que figuran ser Argel, kasbah incluida, en 1942. Unos decorados a la altura de los de la Casablanca del Rick’s Café.
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