La famosa obra colectiva, “Loin du Vietnam” (1967), ha pasado por la Filmoteca.
Mezcla de piezas muy diferentes enlazadas entre sí, se nota la labor de Chris Marker organizando, comentando y dando pie a las diferentes aproximaciones al fenómeno de la guerra de Vietnam y su repercusión en Occidente en su momento de mayor contestación, pero también defensa a su favor.
En el prefacio, el narrador, mostrando imágenes de carga de misiles en un portaviones, nos dice -dando cifras de las toneladas de bombas lanzadas diariamente por los norteamericanos- que es una guerra de ricos. De ricos contra pobres, continúa diciendo mientras vemos unas preciosas imágenes rodadas por Joris Ivens en el terreno (Hanoi): una chica fabrica pacientemente refugios individuales para los momentos de bombardeos, viéndose su utilidad un poco después, cuando suenan las sirenas y cada uno va a su agujero, esperando un poco para cerrar la tapa sobre sí.
Pero los pobres no están solos. Una solidaridad mundial se ha despertado por todos los rincones. De esto -contrastado con batallas dialécticas en las calles de Nueva York (William Klein) con virulentos partidarios de las bombas y de salvar a America del comunismo- también va la película.
Al margen de las bellas imágenes de Ivens como embajador plenipotenciario en la República Democrática de Vietnam, se distingue fácilmente una pieza insertada de Godard, comentando, con un discurso por una vez muy claro, su resignación ante el rechazo que recibió de los nordvietnamitas cuando pidió ir ahí a hacer una película, y decidiendo a partir de entonces, que en vez de hacer una película sobre Vietnam, pues estando tan lejos no es posible, en todas sus películas aparecería, de una forma u otra, Vietnam. Todo sobre flashes de imágenes de las suyas o viéndose a él mismo con la cámara. También hay un trozo muy diferente del resto, la ficción de Alain Resnais en la que el actor Bernard Fresson lanza a una mujer que le mira atentamente sin abrir la boca una rabiosa declaración sobre el tema, sin ocultar sus dudas y posicionamientos confusos.
No es lo único: una detallada crónica con base a material documental de procedencia diversa nos pone al día de la historia del país y sus conflictos desde Dien Bien Phu y, por ejemplo, en el apartado señalado con el título de Why We Figt? vemos y oímos al General Wesmoreland explicando a una audiencia de lo que parece un banquete las razones morales por las que EE.UU. está en guerra en Vietnam.
Estamos en 1967. La teoría del Che Guevara de abrir guerras al sistema por todo el mundo estaba en pleno apogeo y Cuba aun seguía siendo una referencia defendida por casi todos. Aparece en la película Fidel Castro, justificando la lucha armada en casos como el de su isla y otros muchos puntos de America Latina, Asía o África.
Por el final, un señor que está con su hijo pequeño, empieza lo que parece una actuación teatral, cantando y gritando NAPALM, para pasar luego a explicar en qué consistía el juguete a una audiencia que no sabía de qué iba la cosa.
Momentos en los que, estando como estaban lejos de Vietnam, los cineastas que contaban se comprometían a hacer una película sobre ello.
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