martes, 21 de diciembre de 2021

La Ceremonia


“La Ceremonia” (Claude Chabrol, 1995) es tan maligna que hasta hace daño.
Basada en una novela de Ruth Rendell, está claro que viene a plantear la lucha de clases… de una forma que deja ver a las claras como se refocila Chabrol. La clase proletaria la representan dos absolutas taradas (Isabel Huppert y Sandrine Bonnaire, ambas en uno de los papeles más notorios de su carrera). La burguesa una familia rica, culta, encantadora, con preocupación social (Jacqueline Bisset, Jean-Pierre Cassel, Virginia Ledoyen,…).
Con críticas acerbas al poder idiotizante de la televisión (un apunte inicial a lo visible gracias a la distribución vía satélite es demoledor), es la propia televisión la que nos suministra la sentencia, la frase que suele hacer de proemio a muchas de sus películas.
La ironía de Chabrol, digo, es mayúscula: marcando los gustos diferenciados entre una y otra clase, se cita a sí mismo, haciendo ver en la tele a las mujeres de la familia unas escenas de “Les noces rouges”, mientras arriba la criada y su amiga ven un bochornoso concurso popular.
El desenlace vuelve a confrontar la “alta cultura” de la planta noble con la barbarie de las golfas.



 

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