Una nota de Marcel Martin en la revista Écran de abril 76 me hace buscar y ver el cortometraje “Romance sentimental” (Sergei M. Eisenstein y Grigori Aleksandrov, 1930: enlace abajo).
Aunque, como luego diré, todos lo juzgan un mal film, me quedo admirado por la hechura de lo que para mí es un descubrimiento: un film firmado en Francia por Eisenstein y su ayudante Aleksandrov con fotografía (impresionante) de Eduard Tissé, en un periodo perdido del realizador, entre Rusia y América.
La nota da la voz a tres opiniones al respecto. Una primera corresponde a Simon Schiffrin, que hizo de productor de la pieza y que, al contrario de las otras dos, indica que Eisenstein estuvo en su rodaje de principio a fin. Según él, todo partió de la necesidad de Aleksandrov de aprender las técnicas del incipiente cine sonoro, así como la de ganar algún dinero, proponiéndose hacerlo dando juego en el corto a la mujer del gran comerciante de perlas Léonard Roshental, Mira Giry, que cantaba y quería verse y oírse en la pantalla.
La pieza presenta los azotes de un otoño/invierno en la naturaleza para dar paso a la dama tocando en su lujosa estancia al piano y cantando una canción rusa (la actriz tenía ese origen) de una melancolía concordante con lo visto.
Simon explica la forma totalmente artesanal con la que lograron simular las nubes, la lluvia y la caída de árboles.
Pero lo que para Simon es un acierto, para los historiadores del cine Jean Mitry e Ivor Montagu es una cursi visión de los cambios de estación de la naturaleza, en la que Eisenstein sólo rodó unos cuantos planos iniciales.
En todo caso, señala Martin, queda ahí como la primera experiencia de trabajo con el cine sonoro de los directores rusos.
Sobre si cursilada o no de esta pieza de romanticismo desatado, a juzgar cada uno por sí mismo:
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