Pues que anoche me vi una película rusa nada menos que de ciencia ficción: “Sputnik” (Egor Abramenko, 2020).
Su tema: dos astronautas soviéticos en el espacio y tienen un incidente. Un militar va a Moscú a buscar a una investigadora científica para que analice a uno de ellos, que tiene un comportamiento anormal una vez regresado a la Tierra.
Aspectos que, entre otros, me la han hecho interesante:
-Los dos astronautas en la cápsula espacial del preámbulo me han recordado al extraordinario preámbulo de “En los límites de la realidad” (John Landis, 1983), en un coche al son de Creedence Clearwater Revival.
-La llegada de los vehículos militares a la base de Kazajistán habla, igual que los títulos iniciales de crédito, de una producción sobria y sólida, considerable, muy seria.
-El personaje de la científica interpretada por Oksana Akinshina, con su ímpetu y férrea decisión, da para seguir a la actriz por donde actúe.
-Los espacios “soviéticos”, tanto el aséptico local oficial de Moscú donde se celebra la entrevista que incrimina a la científica como la fachada con marquesina del edificio vanguardista, los interiores residenciales o varios otros, suponen una más que atractiva ambientación, que luego pierde algo con la oscuridad de los episodios nocturnos.
-Surge un extraño bicho como el que salía inesperadamente del interior de un personaje en “Alíen”, en una escena que no puede sino recordarla.
Me han quedado ganas de ver qué hará este Egor Abramenko como segundo largometraje. Ya firmaba para que todo el cine comercial que se hace por otros lados tuviera estos mimbres.
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