El cartel del film, con la imagen de los dos corresponsales -Antín y Cortázar- bien jovenzuelos.
La voz de Julio Cortázar era muy clara y, con su pronunciación de las ‘R’, tan característica... Su tono serio al decir cualquier cosa -incluidas unas eventuales instrucciones para subir o bajar unas escaleras- contrastaban con unos adjetivos y giros coloquiales sorprendentemente directos y bien divertidos.
Oír la voz de Cortázar diciendo una fono-carta que grabó y envió en los años sesenta es, que duda cabe, uno de los atractivos que encontrarían los seguidores del escritor del Barcelonés (confinamiento comarcal obliga a no extender más el círculo), que seguro son legión, de asistir a la sesión que la Filmoteca ofrecerá el próximo jueves, 22 de abril, a las 19h, estreno en España de “Cortázar y Antín. Cartas iluminadas” (Cinthia Rajschmir).
Pero existen más atractivos, no todos dirigidos a los seguidores del escritor, en la película. Ésta se centra en los avatares del puñado de películas iniciales realizadas por el director argentino Manuel Antín, encuadradas dentro de ese movimiento de los nuevos cines de los años 60, con colaboraciones en mayor o menos grado de Julio Cortázar en el guión. Pero es también un empeño muy personal, o eso me lo parece, de su realizadora.
Como ella, Cinthia Rajschmir, me pidió que presentara la sesión, ahí espero estar, aunque sea para decir cuatro cosas a su inicio. No es que vaya a descubrir con ellas el mundo, porque lo que hay que descubrir es el contenido del film y eso se logra viéndolo, pero ahí estaré.
Así pues, espero vernos el jueves.
Manuel Antín y Cinthia Rajschmir en la actualidad.
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