Éste es el primer plano de “Nénette” (Nicolas Philibert, 2010), y ya me sirve para contradecir a Juan Luis Asuarga cuando dice que el hombre es el único animal que tiene el blanco del ojo, rodeando al iris.
Mubi ha colgado hoy esta película de Nicolas Philibert, que además no conocía, y esto ya es buena razón para congratularse.
Si en otras ocasiones Philibert ha salido bien de enfrentarse y trasmitir las sensaciones asociadas al mundo de los sordos, o de descubrirnos la ciudad subterránea oculta del Louvre, seguro que sabrá vérselas con la orangutana que da nombre al film y trasmitirnos cosas de valor, me digo. Y sí.
El film, mucho más corto de lo que suelen ser los suyos, nos muestra a Nénette en la jaula en la que vive junto a su hijo y otras dos orangutanas más jóvenes. La vemos “impecablemente inactiva” (como oímos decir a alguien que explica que ese es uno de los primeros ejercicios que se ponen a los que quieren aprender a ser actores), comiendo relamiéndose un yogur o besuqueando el vidrio que la separa de la cámara que la registra o de sus visitantes, de los que sólo oímos seleccionadas conversaciones (varias de sus cuidadores, que hablan tanto de ella como de sí mismos) y tan sólo, en un determinado y único momento, vemos su fugaz reflejo.
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