“El orden de las cosas” (Andrea Segre, 2007, en Canal Sundance) va de lo que sucede, pero no querríamos saber.
Rinaldi, antiguo deportista olímpico convertido en alto cargo policial italiano, que vive en una lujosa casa en un barrio residencial de Padua, viaja con frecuencia a Libia en misiones -como su colega francés- para la Unión Europea. Allí debe fiscalizar y conseguir que funcionen los sistemas ideados como barrera de acceso al continente de la inmigración ilegal. En el ministerio y la Comisión Europea quieren ver que el dinero que suministran a los órganos colaboradores libios obtiene el resultado esperado.
De forma voluntariamente aséptica, la película recoge la alternancia de tareas -políticas y turístico/familiares- de Rinaldi, meticuloso alto funcionario, en suelo libio. Pero muestra cómo un día repara en una pieza de ese puzzle inmenso que intenta montar, que contemplaba hasta entonces en bloque, sin parar en considerar cada pieza en sí.
No sé si todo esto del control en origen de los migrantes funciona como muestra la película, pero apostaría a que sí.
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