Notas mentales, asociaciones de ideas que me fueron pasando por la cabeza viendo “Le signe du lion”, el primer largometraje (1962) de Rohmer, como si fuera por primera vez, porque hasta una escena de por el final no iba recordando nada.
1/ Fauché. Pierre se confiesa arruinado, empleando esa palabra. “Si tú es fauché, ne va pas à Fauchon!”, decía mi suegro. Y nosotros nos lo recitábamos precavidos siempre explorando, boquiabiertos, la tienda de la Place de la Madeleine.
2/ Hotel du Seine. Es donde, falto de pago, le confiscan todo su equipaje a Pierre. En una visita a Paris estuvimos precisamente en ese hotelito de la rue du Seine. Está reformado, claro, pero reconocí ese inicio de escalera, junto a la recepción, inmediatamente.
3/ Le 2 CV. Delante del piso de Pierre, donde hace la fiesta inicial, dos 2CV. De hecho, junto al Peugeot descapotable, que aparece mucho porque es de un amigo de Pierre, es el coche que se ve más frecuentemente en el film. Cosas de la época. Fue mi primer coche en propiedad, pagado con mi primer sueldo formal.
4/ Baguette. “Une baguette bien cuite”, pide un chico en la panadería. “Une baguette non moulée” tenía que pedir en París -bueno: en Bois-Colombes-, en mi primera expedición en solitario en septiembre de 1968, para cumplir el encargo que me hizo Madame Fouriaud. Mira que me lo fui repitiendo de forma constante mentalmente. Lo solté tan pronto como me preguntaron que qué quería, pero sólo obtuve una cara de extrañeza de la dependienta... y de la patrona, que también salió al quite. Tras varios intentos me retiré. Volví a la casa de los Fouriaud avergonzado, reconociendo mi fracaso. Regresé a la boulangerie, avergonzado, acompañado de Dominique, la hija mayor. En la panadería había expectación. “Une baguette non moulée”, dijo ella. Hubo un “Ahh!” colectivo coreado con risas y se lo sirvieron inmediatamente.
5/ 14 juillet. Fiesta popular y después, la desbandada de la ciudad, les grandes vacances. En L’Escala, por ejemplo, se notaba un montón el cambio tras el 14 de julio en cuanto a afluencia de franceses. Y al contrario tras el 14 de agosto...
6/ “Umberto D”. Alguien se indignará si digo que la película me ha recordado, en ciertos momentos a “Umberto D”. No tiene detrás la carga moral acusadora de una enorme injusticia social, porque ya sabemos de dónde viene la situación de Pierre, pero su proceso paulatino de entrada en la miseria, sus intentos vergonzantes de salida o los que le pasan por la cabeza (esas aguas del Sena, tan próximas, tan presentes) son las mismas.
7/ Leo. Aún siendo yo también de ese mismo signo del zodiaco, tengo claro que esa línea divisoria que separa la confortable vida de que disfruto de la de los que andan buscando basuras por los contenedores es bien frágil. Por eso mismo me sentí tan identificado, comprensivo, con ese paulatino e imparable deslizamiento hacia el abismo de Pierre.
8/ Izis. Estoy convencido de que Rohmer analizó e intentó emular en el film las idílicas fotografías de Izis, en las que unos enamorados se abrazan en un quai del Sena. Más contraste para su relato.
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