lunes, 9 de marzo de 2020

Luis Buñuel. Correspondencia escogida


Será quizás que me entraron ganas porque mañana tenemos el “Ombres Mestres” dedicado a correspondencia (aunque en realidad en la sesión iremos tras otra línea de misivas), el caso es que he empezado a leer este libro. Me llevará tiempo, porque es un mamotreto, grande de superficie y lomo, conteniendo unas 750 páginas de cartas de todo tipo.
De niño sólo recoge tres piezas. Dos son cartas a su madre, la otra es una escueta nota a dos compañeros de colegio, de cuánto tenía nueve años, en la que les suelta “Mañana, a las tres de la tarde, os espero a los dos solos en el callejón que hay en la facultad. Si no podéis ir al colegio, me la pagaréis los dos juntos”, y estampa un Luis Buñuel como firma. El mozo apuntaba formas.
Ya he llegado, unas veinticinco piezas después, a 1928 y he tenido tiempo de ver cómo pone a caldo -sobre todo en sus largas y repletas de datos cartas a su amigo Pepin Bello- tanto a Dalí como a Lorca.
Promete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario