Los estudios de Hollywood) están maravillosamente organizados contra toda idea nueva que no sea estrictamente pura técnica.(...)
Estoy aprendiendo a odiar este perfeccionamiento y organización maravillosa puestos al servicio de la peor imbecilidad.
Chaplin: Los domingos pasó el día en casa de Chaplin. Es muy simpático, pero poco inteligente. No va nunca con los americanos y siempre está con nosotros (nosotros = dos jóvenes españoles y yo). Cuando está en sociedad, sólo le gusta gastar bromas, el baile de talones, el mimo y otras encantadoras gansadas.cuando habla en serio, es para mostrar una postal de Londres y contar su infancia con su madre loca mendigando por las calles. Acto seguido, prosigue su baile de talones interrumpido.
Otra gente: Todos los días veo en el comedor de la Metro a todas las estrellas famosas, hombres y mujeres. Estoy especialmente decepcionado con ellas.
Joan Crawford es realmente fea.
Greta Garbo apenas se deja ver y se viste de un modo muy humilde.
Norma Shearer es insignificante. (...)
Buster Keaton no es nada interesante tampoco.
Todo ello aparece en una carta enviada a Marie-Laure y Charles de Noailles escrita por Luis Buñuel en 1931, durante su primera estancia en Hollywood y reproducida en “Luis Buñuel. Correspondencia escogida” (Jo Evans y Bruixo Viejo ed. Cátedra, 2018)
En la fotografía, Luis Buñuel y otros españoles en la casa de Charles Chaplin durante su primera estancia en Hollywood, en 1930.
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