domingo, 22 de marzo de 2020

El Dr. Arrowsmith

El científico vocacional.
Tenía entre lo “guardado para ver después” de Filmin “El Dr. Arrowsmith” (John Ford, 1931) y me he puesto a verla. Juro que hasta después de empezarla no he caído en que iba de epidemias, contagios y demás.
Con su enamorada esposa.
Biografía (de ficción) llevada con buen ritmo, planos en contrastado blanco y negro e inicialmente con un apreciable tono de humor para luego derivar hacia la tragedia, diría sirve, entre otras cosas, para recordar lo pernicioso que era el tabaco. Un cigarrillo lleva a la peste bubónica, y otro a la incitación y al adulterio, si bien John Ford corrió elegantemente una muy ligera gasa sobre éste, que parece que en la novela de Sinclair Lewis sí surgía sin matices.
La tentación, meditada luego dando una calada a un cigarrillo.

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