|
El plano inicial. |
|
Vendiendo la miel |
José Luis Márquez, que siempre va buscando y periódicamente encuentra y ofrece películas dignas de ser vistas, ofrecía ayer o anteayer una rareza nada menos que macedonia, exótico origen para un film...
|
En la moderna Skopie. |
“Honeyland” (Tamara Lotevska y Ljubomir Stefanov, 2019) empieza con un plano que recuerda algún final de Kiarastomi. En un amplísimo plano panorámico se ve un camino en forma de Z y en él, caminando, un diminuto personaje. Será la protagonista de la película, una albanesa que vive, cuidando a su madre y colectando miel por la zona.
|
| Con el crío de la familia vecina que se salva de la quema. |
|
| Luz de velas con su madre. |
En seguida vemos su habilidad para, subida en un risco abrir un agujero entre las rocas y localizar ahí un enjambre de abejas. Estas dos escenas iniciales bastan para engancharte al monitor y ver todo el film, buscando más como éstas. Más tarde, la vemos haciendo comer a su madre, una buena señora ya conforme con un destino que no le llega, yendo a vender la miel en el mercado de una moderna Skopie y comprando varias cosas para ella preciadas o, con su buena fe, ayudando a la desastrosa familia que se ha instalado en la vecindad.
|
| El panal. |
|
| Otro de esos planos panorámicos, el personaje -diminuto- por el camino de la derecha. |
Ella suele ir con una camisa naranja y ese es el tono de los interiores, a luz de velas. Y nada, a descubrir, entre otras cosas, cómo se convive con unas abejas ahí muy presentes, o lo peleonas que sorprendentemente pueden llegar a ser las vacas. Una le larga una buena coz a un niño...
No hay comentarios:
Publicar un comentario