Aún tiene tiempo alguien con arrojo, hasta la 1h de la madrugada, de disfrutar de la noche Bill Viola, con piezas como la de la foto, con sus transformaciones, barreras franqueadas, idas y venidas en eternos ciclos.
Se pueden ver unas cuantas de sus obras, proyectadas sin fin, tanto en el Liceu como en el Palau de la Música, con entrada libre.
Con la tormenta que nos ha atormentado todo el día, y que sigue, yo no he tenido el arrojo suficiente, después de ver las cinco piezas del Liceu, de ir a ver las del Palau. Mea culpa.
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