domingo, 8 de diciembre de 2019

Cuentos de Tokio

En el terrado de la casa, viendo pasar los barcos.
Cuando encuentro a alguien que aún no ha visto nada de Ozu y muestra cierto interés, le encasqueto “Cuentos de Tokio” (1953) con la convicción de que voy a formar otro adepto a la causa, porque es de esas películas que puedes recomendar a gente de cualquier tipo (sensible, claro) con la seguridad de que no saldrán defraudados.
En ésta no se atalayan, pero vaya. Los padres han ido una temporada a Tokio, a ver a sus hijos.
Película sobre la alegría y el temor que infunde el tiempo que pasa, sobre la confrontación de dos formas de vida, sobre abuelos, hijos y nietos, sobreropa tendida, trenes, santuarios y balnearios, sobre atalayas desde las que contemplar pensativamente la vida de la ciudad o de una zona de ribera.
De nuevo en el terrado de la casa.
Ahora, vista anoche envuelta entre las demás del ciclo dedicado a Yasujiro Ozu de la Filmoteca, aprecio que es quizás la película en la que Ozu se toma más tiempo para decir las cosas, pero las dice directamente, sin subterfugios, no solo a través de las sutiles referencias que suele emplear en otras.
En el balneario
Cuelgo unas cuantas imágenes de la película, todas con personajes del film (interpretados la troupe completa de Ozu...) atalayándose.
Plano más de cerca. Ahora no recuerdo cuál va antes del otro. Creo que es al revés de como lo he puesto.

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