Dieric Bouts no es quizás de los pintores flamencos más conocidos, pero siento una atracción instantánea hacia su obra. El causante de esta atracción no es otro sino el cineasta André Delvaux, del que vi muy tempranamente el extraordinario documental que le encargaron sobre él.
Aunque el documental era algo más que un documental sobre el pintor (Delvaux emparentaba el encargo que él había recibido para hacerlo con los encargos que recibía en su tiempo Bouts de hacer un retrato e iba comparando), me acercaron de forma especial a sus cosas.
El que cuelgo no lo encuentro especialmente destacado entre sus retratos, pero es el que tengo ahora a mano. Se le puede ver en el Art Institute of Chicago.
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