¡Y a mí que éste tipo de planos me recuerdan tanto los de Koberitze en “Qué vemos cuando miramos al cielo?
El más rancio cine hispano habría presentado, amparado en esta imagen, una conversación a corazón abierto entre dos razones en peligro.
Los títulos de crédito mostrando un dedo que va recorriendo cordilleras de atlas, calles de planos y carreteras de mapas, para seguir luego por las vetas de un mármol, sirve, al menos para mí, como anzuelo. Poderosa fuerza que atrae la atención.
Más tarde el peligro puede estar, y en mi opinión lo roza, primero en quedarse sólo en elementos de puesta en escena y estudiados encuadres, así como a continuación en perderse un poco en recalcar demasiado la idea, repitiendo y alargando innecesariamente.
Pero, en cualquier caso, qué alivio no encontrarse, sabiendo que el tema latente es el de los niños robados, con la película que te piensas viendo su imagen promocional, con Lola Dueñas y Ana Torrent, serenamente recostadas en hamacas vecinas, junto a un río.
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