Como Pau Pérez y yo habíamos hecho una sesión de Ombres Mestres sobre “Correspondències”, el editor de La Charca Literaria me pidió hacer con ello un artículo para “El lunes, día del espectador”.
Quise meter ahí dentro de todo -citas, filmografía,…-, pero no podía incluir lo más precioso, las escenas, y me salió un ladrillo en plan “académico pero no llego” que el comité de redacción de la magna publicación, con buen criterio, rechazó.
Dice algún autor de los que consulté, cuyo nombre ahora mismo no tengo presente, que una carta venía a ser como una película: el director la escribe/hace y si llega a destino pasado un tiempo prudencial -porque también puede perderse-, puede caer bien… o mal. Pero ambos, las cartas y el cine, formatearon un tiempo que nos están arrebatando.
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