Falta, pero se intuye, el sonido.
En el foro masculino.
Él con su gineceo.
¿No reclamábamos, de tan escasas en estos tiempos, una comedia? Pues ahí está la nueva hornada de Gonzalo García Pelayo para aportar “Ritmo 2x3” (2023), una comedia argentina con la valentía de haberla enfocado en las relaciones entre hombre y mujeres.
Tiene la película un magnífico arranque coral y decididamente rítmico, con féminas taconeando y palmeando el cajón en semicírculo acogiendo los títulos de crédito.
Antes, tras la explosión sonora y visual de ese inicio, hemos visto a Pablo Ragoni, esa figura inolvidable del cine de Lucia Seles, atendiendo a la hilarante y explosiva -para los tiempos que corren- conversación entre el peluquero y un cliente en espera, introduciendo él -como explica más adelante- sólo “algún silencio brillante”.
El meollo de las singulares relaciones, paseos reflexivos a dos ante una gloriosa confitería, por la Plaza San Martín y otros enclaves porteños, entrevistas a chicas más jóvenes que amplían el panorama, un hecho desencadenante y y un plano secuencia destripador, que muestra la verdad del cine dentro del cine, completan la película, que vuelve a tener la (corta) duración habitual standard de las últimas películas de Gonzalo García Pelayo.
No sé cómo hace para mantener la frescura, pero por ahora vaya si lo consigue en las que he visto de este último paquete de diez.
Una chica respondiendo la encuesta
Paseo ante una confitería.
Cuando se lanza a hablar, habla.
¿A que parece un cameo -con diálogo- de Lucrecia Martel?
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