viernes, 13 de octubre de 2023

Les enfants terribles


Volver a “Les enfants terribles” (1950, TV5Monde), la película de los inicios de Jean Pierre Melville, basada en la obra de Jean Cocteau (quien ofrece aquí su grandilocuente y poética voz como narrador), para detectar en seguida qué entusiasmaba de la película al grupillo que luego formaría la Nouvelle Vague.
Ahí está esa inicial huida en toda la regla de las aulas de estudio al redoble de tambor y con el ritmo y a la vez libertad impuestos por Bach.
Se entra a continuación en la mejor parte de la película, sentando las bases de esa enfermiza relación entre esos dos alocados hermanos adolescentes que, odiándose, no pueden en realidad vivir separados, con por ejemplo, la enternecedora conversación entre el médico y la vieja mujer a la que éste encarga cuidar a los chicos..
No recordaba en toda esta parte tan divertido el libro. Ahí está ese viaje en coche-cama de Elisabeth y Paul -las dos especiales criaturas-haciéndose pasar por expertos viajeros, cuando están, en realidad, descubriendo maravillados ese desconocido mundo.

Se intuye en algún momento alguno de los gustos posteriores del realizador, con ese millonario judío americano interpretando una canción mientras toca el piano, pero la película va a partir de entonces ya por otro sendero. Un sendero en el que sí hay, en cambio, escenas típicamente de Cocteau, como ese recorrido de Paul sonámbulo o, más aún, ese hacer rodar la película al revés, para ver retroceder en vez de avanzar al mismo Paul arrastrando un juego de cama, o un letal juego de miradas a través de espejos y ventanas. 

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