No se debió estrenar nunca “Estate Violenta” (Valerio Zurlini, 1959), cuya amplia primera parte me ha -como suele decirse) impresionado profundamente.
Un grupo de jovencitos pasan el verano de 1943 (los aliados acaban de desembarcar en el sur de Italia) despreocupadamente, ajenos a todo lo que está ocurriendo, en sus acomodadas casas de la playa de Rímini.
Destaca un ambiente enrarecido, a veces hasta enfermizo, conseguido con mano maestra por Zurlini, que hace uso de un más que ambiguo personaje interpretado por Jean-Louis Trintignant.
Tras ver esta película he comprendido por completo la fascinación que causaba Eleonora Rossi Drago a unos cuantos amigos de la generación anterior a la mía.
Hay en el film, en este sentido, un baile en el que primero actuan las miradas realmente impresionante.
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