El incidente casero que provoca, fortuitamente, todo.
Los “Dos disparos” (2014) del título se producen en seguida y hacen pensar en que, por una vez, Martín Rejtman se nos pone muy serio: corresponden a un intento de suicidio.
A partir de entonces nos hace, de la forma en que suele, mediante escenas que nos cuesta un poco entender hacia dónde van, ir observando cómo todo su entorno, y especialmente su madre, se preocupan por el chico que se disparó e intentan quitarle de su alcance todo aquello que pueda servir para intentarlo de nuevo.
Luego el círculo se ensancha y acabamos haciéndonos cruces sobre la fauna que, según la película, pulula, tan campante, por el mundo.
No tiene buena prensa Rejtman. Hace un tipo de cine que podría tener sus incondicionales y arrasar en taquilla, pero pasa una y otra vez sin pena ni gloria. A mí me cuesta mucho entender sus diálogos, con un deje argentino que te acabas llevando contigo, pero me divierto un montón con sus ocurrencias, que no sé cómo no son celebradas.
Estos “Dos disparos”, que están en Mubi y en Filmin, los habría dejado, si no supiera nada de él, con sólo ver ese penoso inicio discotequero con música electrónica, pero perseveré y luego ha acabado siendo, quizás, la que más me ha gustado de todas las suyas vistas.
Una de las actrices que aparecen, en un pequeño papel, es Laura Paredes, la de “Trenque Lauquen”.
Madre y profesora de música.
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