Me he sonreído cuando le he oído explicar que se negaba a escribir, porque le costaba mucho hacerlo: me lo había dicho varias veces. Aún así conseguí que escribiera un texto para el libro que hicimos Martí Rom y yo sobre Leopoldo Pomés (su amistad con él seguramente le obligaba). Después de ver sus reticencias cuando fui de nuevo con el cuento para pedirle otra colaboración -en esta ocasión para un libro sobre Marta Pessarrodona-, tuve una idea feliz que aceptó encantado: en vez de un escrito entregó un retrato.
Todo esto viene a cuento de que, buscando algo para ver durante la sobremesa, he encontrado en Netflix la entrevista que Luis Fernández-Galiano le hizo a Federico Correa en 2015. Poca broma: he mirado un poco más después de la entrevista y me da la impresión de que en la plataforma está toda la colección de conversaciones (del orden de una hora cada una) con célebres arquitectos que editó Arquia.
En la entrevista se ve a Correa, naturalmente, ya mayor (nació en 1924…), de forma que parece que va a quedar colgado a mitad de una frase, pero nunca es así: retoma la voz y sigue fluidamente con sus frases.
Me ha parecido muy interesante la entrevista, en la que explica cosas curiosas, que ayudan a entender el tipo de ideas que desarrollaron él y Milá en su trabajo, como cuando pensaron en que la fábrica Montesa tuviera dos frentes de luz de 25 metros en vez de uno de 50 (que habría salido mucho más caro), como le surgió su idea para el restaurante Giardinetto o lo que habían pensado como bancos de socialización en la Plaza Real y la tristeza por cómo derivó todo aquello, de forma que tuvieron que ir quitando banco a banco hasta que no quedó ninguno.
Y al final se le ve haciendo uno de sus magníficos dibujos, con sus lápices de colores.
El único requiebro al programa es que me ha recordado el sinsabor de no haber podido hacer con él su monografía, para la que ya nos había dado su visto bueno. Nos quedamos sin saber tanta cosa de su propia voz… Pienso por ejemplo en, después de haber oído el relato repleto de anécdotas de muchos de sus invitados en su casa de Cadaqués, oír el suyo, en escucharle hablar de su relación con Italia, en tantas cosas…
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