No aguanto los musicales, por buenos que sean -y hay pocos de esos- mucho tiempo y, si aguanto hasta el final sin dormirme, acabo cansadísimo, con la cabeza embotada.
Ayer un amigo pasaba una recopilación de escenas de la seguramente mejor serie de películas musicales, primeros años 30, y las completaba con la visión de una grabación de un par de escenas del musical teatral que, agrupando números de todas esas películas, triunfó en Londres hace unos años: “The 42nd Street”.
No podía ser una mejor selección, pero me volvió a pasar lo de salir con la cabeza hecha un bombo. No obstante, entre otras cosas quedé admirado por la visión de la más cinematográfica de las escenas de la obra teatral. Y es divertido lo de cinematográfico, porque juega con el sonido… y con el levantamiento de cortina del teatro en el espectáculo. Lo explico (y luego puede verse -aunque en el vídeo que he encontrado está recortado todo su inicio, con la cortina bajada- en el inicio del enlace de abajo):
Telón bajado, público expectante. Empieza a oírse a un conjunto numeroso de bailarines haciendo un número conjunto de claqué. La cortina -y así llega la expectación máxima del auditorio- empieza después de un momento a elevarse, pero se queda a medio metro del suelo, justo lo necesario para dejar ver (y oír de forma remarcada) los pies de la numerosa troupe ejecutando sus pasos. Es sólo un momento -excepcional- y luego la cortina recupera su movimiento ascendente.
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